El obispo de La Rioja, Roberto Rodríguez, los sacerdotes de la diócesis y una multitud de fieles realizaron un homenaje y pidieron a la Justicia que devele la verdad sobre la muerte de monseñor Enrique Angelelli, al inhumarse los restos del prelado, muerto en 1976, tras practicarle el miércoles una autopsia. El obispo Rodríguez remarcó durante la ceremonia realizada la noche del miércoles que Angelelli merecía "un justiciero homenaje" porque "el que obra conforme a la verdad, se acerca a la luz para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios". "Monseñor Angelelli fue un hombre de Dios en medio de su pueblo, llevando el Evangelio sin cansancio, acercándose a todos, fue el hombre para los demás, el hombre abierto que resonaba en su corazón las esperanzas y los dolores del pueblo a quien se le confió", sostuvo. Angelelli murió el 4 de agosto de 1976, en la ruta que une Chamical con La Rioja, al volcar la camioneta en la que viajaba en lo que, según la versión oficial del gobierno dictatorial de entonces, fue un accidente de tránsito, pero que la Justicia, en 1986, consideró un "accidente provocado".

Los presentes recibieron con un fuerte aplauso el ingreso a la Catedral de los restos de Angelelli, colocados en un nuevo ataúd de roble, tras la autopsia realizada y la escena se repitió al ser trasladados hacia la cripta, a un costado del templo.