La Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) consiguió un dictamen favorable de la Justicia Federal que le da fuerza a su decisión de echar al abogado Cayetano Dara. El profesional trabajaba hasta 2010 como titular de Asuntos Legales de la casa de altos estudios e invocó su fuero de dirigente gremial para resistir la sanción, pero por ahora no tuvo éxito. El juez Miguel Gálvez excluyó la tutela sindical de la que pudiera gozar y así, la exoneración sigue siendo efectiva. El letrado apeló y hasta que la resolución no quede firme, seguirá cobrando el sueldo.

La causa por los fueros de Dara se disparó a raíz de una acción que interpuso la UNSJ. Fuentes de la casa de altos estudios aseguraron que los apoderados de la institución se vieron venir que el abogado iba a invocar fueros gremiales (en ese momento como candidato a delegado de UPCN) para impedir ser exonerado y fueron a la Justicia para que dirimiera la cuestión. En su resolución, Gálvez dice que la sanción sobre el profesional es anterior a que consiguiera la tutela sindical y que los hechos por los que lo echaron no tienen nada que ver con su tarea gremial. En otras palabras, de la interpretación surge que en este caso los fueros no alcanzan para evitar la medida.

Dara fue removido en agosto de 2010 tras sumario ordenado por el rector Benjamín Kuchen, con quien está enfrentado, que determinó que el servicio del área que encabezaba era ‘deficiente‘, que había demoras en la tramitación de los expedientes y que había pérdida de confianza. En un informe previo al sumario, al abogado le endilgaron haber ‘ventilado públicamente hechos e informaciones que conoce con motivo de su función, formulando denuncias y críticas sin seguir los canales institucionales y legales previstos‘.

El abogado había sido suspendido en el cargo previamente y un día después de esa resolución, salió a apuntarle a la gestión de Kuchen. Aseguró que la UNSJ tiene plazos fijos por casi 3 millones de pesos en bancos no autorizados y que no se realizan en su totalidad los aportes patronales de los salarios del personal. Además, denunció que “no tengo conexión a internet, disponía de una sola impresora, un solo administrativo y hasta el aire acondicionado andaba a veces”.

Por el momento, Dara seguirá cobrando el sueldo. Sucede que apeló la resolución de Gálvez y pidió que mientras el tema no quede firme, se le sigan pagando los haberes. Fuentes vinculadas al caso aseguraron que esgrimió razones de salud. Finalmente, la Justicia le hizo lugar. En la casa de altos estudios aseguraron que son unos 10 mil pesos por mes.

Dara y Kuchen mantienen diferencia desde mucho antes. Según contó el abogado en su momento, el quiebre fue cuando se quemó el viejo edificio del Rectorado. Según el profesional, en aquella oportunidad le resultó preocupante que no se le haya dado participación al área jurídica y se quejó: no se precintó ante un escribano para retirar el aparato del centro de cómputos para mantener la seguridad jurídica de la Universidad. Pero se hizo todo lo contrario. Le dije al rector que esa actitud le había hecho más daño a la seguridad jurídica que las llamas‘.