De acuerdo a un relevamiento elaborado por la entidad que nuclea a todas las obras sociales provinciales del país, a los afiliados a la OSP local les practican hasta 10 veces más radiografías al año que en otros distritos del país y una situación similar se da en ecografías y tomografías. La diferencia enciende luces de alertas, ya que abre sospechas de que en San Juan hay prestadores que indican y realizan estudios injustificados para cobrarle dinero extra a la institución que le da cobertura a los estatales. El titular de Clínicas y Sanatorios reconoció que pueden existir abusos y el ministro de Salud habló de mejorar los controles para evitar sobreprestaciones.
Los datos surgen del último informe del Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (COSSPRA), que toma en cuenta la cantidad de prestaciones de 15 obras sociales provinciales durante los años 2011 y 2012 (ver infografía). En el mismo, además, compara lo que paga cada una por las prácticas médicas más comunes (ver recuadro).
Entre las instituciones relevadas está la Obra Social Provincia (OSP) de San Juan, que es la más grande de estas tierras con 132 mil afiliados. Para los prestadores locales reviste un interés especial formar parte de su padrón, ya que les garantiza un flujo de pacientes que ninguna otra les puede dar. Tan es así que se calcula que de cada 10 personas con cobertura social que demandan atención médica, 7 provienen de la obra social de los estatales.
El informe se conoce en medio de las negociaciones con los prestadores médicos locales por una actualización de los valores que cobran y consigna que aquí se hace un promedio de 3,8 radiografías por afiliado por año, muy por encima del nivel óptimo del 1,2 que recomienda el COSSPRA. La obra social provincial que sigue es la de Buenos Aires, con 1,8, es decir menos de la mitad que en San Juan. Mientras que en Catamarca se realiza una cantidad de 0,3 radiografías por asociado, lo que implica más de 10 veces menos.
Según el relevamiento, de cada 100 afiliados a la OSP sanjuanina que van al médico, a 10,4 les indican una ecografía. En este rubro está segunda, pero muy por encima del resto y mucho más arriba de la media ideal que da COSSPRA.
En cantidad de tomografías, se presenta un panorama parecido. A la OSP le facturan 13,7 tomografías por año cada 1.000 consultas, lo que representa casi dos menos que Córdoba. Sin embargo, el promedio local también excede por mucho el de las demás instituciones.
La diferencia implica millones de pesos en juego. La OSP paga entre 60 y 120 pesos dependiendo de la parte del cuerpo a revisar y la técnica y si se toma el valor más bajo, implica un desembolso anual de 30 millones que va a los prestadores. Si el promedio fuera el de Buenos Aires, que también supera el índice óptimo, sería menos de la mitad: 14,2 millones.
Consultado el presidente de Clínicas y Sanatorios, que agrupa a decenas de centros de salud privados, Miguel Rodríguez, aseguró que “es posible que hayan excesos”. “Si no hay buenos controles por parte de la OSP se puede caer en abusos que den como resultado una sobreprestación, se corrige con una buena gestión”, explicó el profesional.
El ministro Oscar Balverdi no quiso dar por sentado que hay irregularidades, pero no lo descartó. Según dijo, “nuestro sistema de auditoría no es el más eficiente, lo estamos mejorando para evitar eventuales anomalías”. Por otra parte, señaló que “hay una tendencia de profundizar poco en lo clínico y directamente pedir un estudio”.
Un médico que pidió reserva contó que hay casos de colegas que indican sistemáticamente estudios y que tienen un acuerdo con el profesional que los realiza. El acuerdo, dijo, consiste en repartir ganancias por los pacientes que le deriva. En definitiva, una forma de inflar la facturación con estudios que no se justifican.
El informe nacional tiene datos parciales en algunos casos, pero muestra una cuestión adicional que llama mucho la atención y alimenta las dudas. La cantidad de radiografías y ecografías a los asociados a la OSP subió exponencialmente de un año a otro. Eso despierta un interrogante: ¿estalló una crisis de salud generalizada que justificó tantos estudios o hubo picardías que hicieron disparar el promedio y los montos a cobrar?
