La oferta electoral que presentó el Frente Progresista Popular sufrió una poda debido al filtro de las PASO. En el camino se quedaron los precandidatos a intendentes de Rawson, Chimbas y Santa Lucía, debido a que las listas no alcanzaron el 1,5 por ciento del total de los votos válidos en cada uno de esos departamentos. De esa manera, la alianza que reúne a fuerzas de raíces socialistas es la que más sangría sufrió, ya que la Nueva Izquierda había perdido su postulante en Ullum.

Los resultados han generado malestar en la alianza. Es que los postulantes de la Nueva Izquierda al sillón comunal de Rawson y Santa Lucía, por ejemplo, participarán de la final de octubre con muchos menos votos. Todo se debe a un criterio sumamente dispar de la ley de primarias cuya consecuencia práctica es que mide con distinta vara. Es que la norma establece en su artículo 144 que pasarán a la general “las agrupaciones políticas que hayan obtenido, sumando los votos de todas sus listas internas, como mínimo el 1,5% de los votos afirmativos en el ámbito territorial que se trate”. Por otro lado, el 131 señala que “en caso de presentación de lista única, ésta deberá obtener en la elección un porcentaje de votos no inferior al 1,5 por ciento del padrón de afiliados”.

La diferencia es sustancial. El primer artículo se aplica al Frente Progresista, que tuvo competencia en 7 distritos: Rawson, Chimbas, Santa Lucía, Capital, Rivadavia, Albardón y 25 de Mayo. Pero en los 3 primeros no llegaron al piso de votos que requerían. En Rawson necesitaban 970 y sólo consiguieron 668; en Chimbas el mínimo era de 686 y lograron 629, y en Santa Lucía la meta se alcanzaba con 450 sufragios y llegaron a 293. En cambio, como la Nueva Izquierda fue con lista única, entró a jugar el artículo 131 y la base se calcula sobre el padrón de afiliados. Así se generan situaciones ridículas. Como en Rawson cuentan con 487 simpatizantes registrados, les hacía falta sólo 7 sufragios, mientras que en Santa Lucía, en donde tienen 113 partidarios, con sólo 2 votos atravesaban la barrera.

Alejandro Vilanova, secretario General del Partido Socialista y apoderado del frente, dijo que se trata de una “aplicación desigual, que no es equitativa, en definitiva, una burrada”. De hecho, todo el arco opositor se mostró en contra del criterio dispar y hablaron de cambiarlo.

El Frente Progresista sí superó el piso del 1,5 por ciento de los sufragios de toda la provincia, por lo que jugará con Benjamín Kuchen como candidato a gobernador, ya que ganó la interna. La alianza presentó listas únicas en otros 9 departamentos, en los que los candidatos pasaron por el artículo 131.