Desempeño. Flores fue suspendido por irregularidades en más de 60 expedientes.

 

 

El ministro de Gobierno, Emilio Baistrocchi, no ocultó su bronca y calificó ayer de "impresentable" una resolución de Pablo Flores, del Segundo Juzgado de Instrucción. El magistrado consideró que el imputado que baleó a policías que hacían un allanamiento no tuvo intención de matarlos, por lo que lo procesó por las lesiones que le causó a dos efectivos. Al cambiar la calificación de tentativa de homicidio por una menor, dispuso la libertad del implicado. El funcionario criticó que el juez esbozara una especie de legítima defensa y resaltó que "el fallo no se corresponde con el hecho en sí". Al ser consultado por el procesamiento, el fiscal Daniel Galvani dijo que lo apelará, dado que rechazó los fundamentos de Flores.

Baistrocchi es el responsable político de la Policía de San Juan y en este caso respaldó el accionar de los uniformados del GERAS, que se movieron con "las órdenes judiciales pertinentes" para realizar el allanamiento. El alfil uñaquista dio las definiciones en Radio Sarmiento, que luego amplió con este medio, en las que recordó que el magistrado "estuvo suspendido por su impericia", por lo que "vale la pena revisar si este no es un nuevo caso". En ese sentido, resaltó que le ha pedido a su equipo jurídico que analice el expediente y que "tomaremos las medidas que sean necesarias", entre las que no descartó un pedido de jury de enjuiciamiento, "en el caso de que se den los elementos".

Crítica. El ministro Baistrocchi cuestionó "la liviandad" del juez al resolver el caso.

 

El caso que desató la polémica se produjo en la madrugada del 25 de agosto, cuando personal del grupo GERAS allanó una vivienda de Hugo Alejandro Navas ubicada en la parte trasera de la excantina "La jirafa azul", situada en la zona del Embarcadero del Dique de Ullum. Según reconstruyó Flores, los uniformados forzaron la entrada e ingresaron a los gritos de "policía". Destacó que Navas dormía y tras despertarse sobresaltado, abrió fuego en la oscuridad con un revólver calibre 38. Uno de los proyectiles atravesó la muñeca izquierda del comisario Diego Morales y luego impactó en su pecho, quien se salvó de milagro por el chaleco antibalas. El otro herido fue el sargento Leonardo Arias, quien recibió un balazo en la rodilla. Dos efectivos dispararon sin dañar a Navas y controlaron la situación al lanzar una granada de gas lacrimógeno.

 

Escenario. El procedimiento se produjo en la vivienda ubicada en la parte trasera de la excantina "La jirafa azul", situada en la zona del Embarcadero del Dique de Ullum.

 

En su fallo, el juez resaltó que "no puede asegurarse que una persona que está durmiendo y que siente romperse vidrios y correr un tropel de gente dentro de su vivienda, por más que griten que son policías, más la oscuridad reinante, vaya a estar convencida de que son policías y que por su función, cargo o condición les vaya a disparar para matarlas". Y remarcó que si bien Navas realizó cuatro disparos, también lo hicieron los miembros del GERAS. Además, indicó que aunque entraron al grito de "policías", no da la certeza de que lo sean, ya que "en nuestro país se cometen muchos ilícitos por delincuentes que se visten y hacen pasar como policías. Que no se llamó a la puerta para que el morador atendiera, etc.". En ese marco, subrayó que no quedó claro el propósito de matar. Por eso, consideró el resultado: las lesiones graves de Morales y las lesiones leves de Arias.

De ahí la crítica de Baistrocchi, mientras que Galvani señaló que "es irrefutable" que el sospechoso disparó a matar (por el impacto del proyectil en el pecho), que el juez pretendió esgrimir una causal de justificación y cuestionó que reflejara que no hay propósito de matar cuando lo procesó por delitos que requieren dolo o intención como las lesiones.