Durante la tarde de ayer la Policía Federal detuvo a Pablo Díaz acusado de ser el líder del grupo que, el miércoles, atacó a balazos a los trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca y a los militantes del Partido Obrero, provocando la muerte de Mariano Ferreyra y graves heridas a Elsa Rodríguez y Nelson Aguirre.
Díaz es el responsable del cuerpo de delegados de la Unión Ferroviaria en el ex ferrocarril General Roca y uno de los principales dirigentes del gremio.
En este marco de búsquedas y detenciones la Justicia dispuso ayer el secreto de sumario en la causa por la investigación del asesinato de Ferreyra, en tanto continuó la búsqueda del principal sospechoso del crimen, un barra brava del club Defensa y Justicia identificado como Cristian Favale, y acusado de ser autor material del crimen.
Favale, según fuentes de la investigación, fue señalado por testigos que declararon en la Fiscalía de Instrucción 4 como uno de los autores de los disparos que mataron al joven, luego de los enfrentamientos de integrantes de la Unión Ferroviaria con trabajadores tercerizados de la línea Roca.
Por su parte la Policía Federal continúa con procedimientos para dar con el sospechoso, vinculado a la Unión Ferroviaria, luego de los 2 allanamientos que la Gendarmería llevó a cabo, el viernes, en 2 casas de Florencio Varela. La jueza Susana Wilma López, a cargo de la investigación, dispuso el secreto de sumario en el expediente por 10 días, tal como se lo había solicitado la fiscal Cristina Caamaño. También buscan a un tercer sospechoso, cuyo nombre no se suministró.
Por otra parte, mientras distintos sectores insisten en la necesidad de avanzar en la autoría intelectual del ataque, referentes del Peronismo Federal volvieron a atacar al kirchnerismo por haber vinculado al ex presidente Eduardo Duhalde con el crimen de Ferreyra. Por esta razón se desató una polémica sobre las responsabilidades políticas: sectores vinculados al kirchnerismo apuntaron contra Duhalde y lo compararon con el caso de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán sucedido en 2002. Por su parte la senadora Hilda "Chiche" González calificó de "miserables" a las voces cercanas al Gobierno que embistieron contra su esposo y acusó a ese sector de tratar de "sacarle el juego a la muerte de un joven" y hacer un "papelonazo". La legisladora apuntó particularmente al jefe de la CGT, Hugo Moyano, el líder piquetero Luis D’Elía y la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. A la indignación de Chiche opositor se sumó el jefe de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, quien definió de "estúpidos" a los referentes oficialistas culparon a Duhalde. "Lo único que les importa es llevar agua para su molino", denunció el sindicalista y embistió con dureza contra Moyano: "querer involucrar a pares de él y apuntar a Duhalde, qué burdo, qué mentira, qué miserabilidad del ser humano", enfatizó.
Por su parte Nelson Aguirre, uno de los jóvenes que resultó herido, en los incidentes confirmó que no logró reconocer a los atacantes en las imágenes que el viernes en la noche le mostró la jueza López, y apuntó contra las fuerzas policiales al señalar que en la zona de los episodios había patrulleros y carros hidrantes que "pudieron haber evitado esta emboscada".

