Como el ingeniero que es, Benjamín Kuchen apela a su formación para la construcción de estructuras a partir de distintas elementos para resolver problemas. En política, según él mismo define, su objetivo es que en todos los ámbitos reine el debate, que exista la diversidad de criterios y opiniones, que se generen ideas a partir de la confrontación, ya que sostiene que el disenso es bueno. Ese concepto lo aplicó, según los que lo conocen, en incorporar y sumar rápidamente al Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP), al que venció, de la mano del Socialismo y del GEN, en la interna del Frente Progresista Popular, lo que lo catapultó como candidato a Gobernador. No es la primera vez que pone en práctica esa idea, ya que cuando fue rector de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), se preocupó en integrar a todos los sectores de la vida universitaria.
De esa manera, la lucha que pretende encarar, y que quede como legado para las generaciones por venir, es contra la figura de un líder mesiánico al que no se le pueda discutir ninguna idea, quien termina siendo el máximo exponente del populismo, que, entre otras cosas, somete a muchos sectores de la sociedad al clientelismo, según sostiene.
Su visión conciliadora salió a la luz cuando estuvo al frente de la UNSJ, donde impulsó, por ejemplo, el debate sobre la megaminería "no con el ánimo de imponer una opinión sino de que surjan distintos criterios". Además, como muestra de su amplitud, es recordada su participación, como rector, en las marchas de los docentes por las calles sanjuaninas, que reclamaban mejoras salariales ante las máximas autoridades nacionales.
En 2012 finalizó su tercer período al frente de la UNSJ, cumpliendo un total de 10 años, y se dedicó a incursionar en la política partidaria. Hace unos 8 meses se afilió al Partido Socialista, que había recuperado su personería política, y se convirtió en la cara visible de una renovación, lo que lo llevó a liderar, en sociedad con el GEN, la lista interna del Frente Progresista Popular, con la que derrotó en las primarias a Agüero, del PTP. Este último dirigente reconoció en Kuchen su carisma y el conocimiento que la gente tiene de él por su actividad universitaria. Agüero comentó que tras perder la interna, su sector decidió trabajar para su candidatura y que en cada evento que realizaron para respaldarlo, el exrector estuvo presente, destacando de esa manera su voluntad de integración y su compromiso por un objetivo común.
Aunque reconoce que no es un político de carrera y que es más un académico, resalta que eso es una fortaleza y no una debilidad, debido a que muchos de que provienen de la clase política "están complicados. Venir de otro ámbito me da algunas ventajas como más libertad a la hora de actuar, no estoy atado a las estructuras anquilosadas que son como cercos", afirmó. Marcelo Arancibia, del GEN, destacó que es una persona con la capacidad técnica para comandar los destinos de la provincia, ya que en su gestión en la UNSJ "manejó el segundo presupuesto más importante de la provincia sin generar ningún tipo de problema financiero ni administrativo".
Si bien su participación política es reciente, Kuchen remarca que "siempre fui un militante de la idea del socialismo democrático". Abrazó esa concepción política ideológica de la mano de un referente internacional como Willy Brandt, durante su estadía en Alemania, en donde realizó el doctorado en ingeniería, en la primera mitad de los años 70, luego de estudiar las "distintas corrientes del socialismo, incluso del marxismo", destacó.
Pero su formación también registra antecedentes en el seno familiar. "Mi padre, hijo de inmigrantes, tenía un sentido cooperativista muy fuerte. Eso, de joven, fue muy determinante porque mi familia y otros productores estaban generando las grandes cooperativas que existen hoy, como Sancor, que se fundó en la casa de mi tío Juan. Y mi padre era presidente de una gran cooperativa láctea".

