La Justicia Federal tiene bajo la lupa un escandaloso caso que involucra la supuesta utilización de facturas truchas para una evasión impositiva millonaria, lo que tiene en vilo a contadores, empresarios y demás eslabones de la cadena. Se trata de una poderosa red que se encuentra en la mira además por su supuesta actuación como una asociación ilícita. Según fuentes calificadas, el juez Leopoldo Rago Gallo ordenó ayer un megaoperativo con personal de la Agencia Regional Cuyo de la Policía Federal y de la AFIP, en el que se llevaron a cabo 12 allanamientos en estudios contables y las viviendas de los hombres que manejaban los números y las operaciones y en seis compañías de diferentes rubros, como metalúrgico, de la construcción, venta de combustibles e instalación de servicios de refrigeración. Así secuestraron documentación, notebooks, celulares y registros informáticos con el fin de reunir pruebas para establecer si hay o no responsabilidades penales. Aún no hay detenidos.
La denuncia la realizó la AFIP el 31 de agosto de 2017 en la Fiscalía Federal que conduce Francisco Maldonado. Las averiguaciones quedaron en manos del organismo fiscal, desde donde, a través de su sistema informático, se llevó a cabo el entrecruzamiento de datos para solicitarle ayer los allanamientos al magistrado, quien ordenó las medidas. La presunta maniobra involucra como supuestos cerebros a dos contadores y a una persona que en la jerga se denomina "valijero", que es el encargado de buscar a particulares para que se inscriban en la AFIP como prestadores de servicios o vendedores de productos. Estos últimos serían las usinas de facturas electrónicas apócrifas. Lo que la Justicia trata de confirmar es si los contadores armaron los documentos truchos de quienes representan las "usinas". ¿Cómo es la mecánica en general? Los comprobantes falsos se conforman con la prestación de servicios (fletes, por ejemplo) o la comercialización de mercaderías, que en la práctica no existen, y son ofrecidos y vendidos a empresas. ¿Para qué? Cuando una compañía adquiere una factura trucha es como si estuviera pagando un servicio o comprando productos. Esa fingida operación, por un lado, le genera un IVA crédito, es decir, un saldo a su favor en el impuesto, lo que en el balance anual se resta del IVA débito, que se produjo cuando vendió mercaderías. De esa manera, si compran muchos documentos apócrifos, el crédito fiscal aumenta en detrimento del débito, por lo que el tributo a pagar al organismo recaudador termina siendo menor. Ahí se configura la evasión.
Y por otro lado, una gran cantidad de comprobantes con gastos falsos se descuenta de las ganancias que la empresa ha tenido en el año, por lo que también hay una reducción en el pago del impuesto a las Ganancias. La AFIP investiga los períodos fiscales de 2015 a 2018 de quienes puso en la mira y su intervención implica, en principio, que está en juego una posible evasión mayor a 1.500.000 pesos, el piso que si se supera cae en la figura delictiva, según la ley. Si el monto es menor a ese límite, queda en lo administrativo solucionable con un plan de pago, por ejemplo.
No trascendieron los nombres de los contadores (cuyos estudios y domicilios fueron allanados), del "valijero" ni de las "usinas", pero sí salieron a la luz, por distintas fuentes, los de las empresas en las que se secuestró documentación. Estas son: Polimet, del rubro metalúrgico; la estación de servicios Chimbas; Santa Catalina; las constructoras Conycon y Nivel Construcciones, y Fonzalida Tecnoservice, de servicios de refrigeración.
Último antecedente contra el fisco
El juez federal Leopoldo Rago Gallo procesó en agosto de 2016 a 14 involucrados en una megacausa por el borrado de deudas dentro de la AFIP, en la que también se encontró una usina de facturas truchas. En mayo, la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza confirmó el procesamiento contra el contador Cristian Olmos y Daniel Fornari como cabecillas. Además, se confirmó la resolución contra Julio Ayala, Raúl Peña, Luis Alé, César Vignoli y los empleados de la AFIP Manuel Montivero Miranda, Rubén Falcón y Walter Prividera. En el caso del empresario Edmundo Novelli, dueño de franquicias de helados Grido, quedó procesado por fraude y Fernando Jolivot, por actuar como captador de clientes. La causa fue elevada a juicio este año.
El mecanismo
Las "usinas"
Son aquellas personas que se inscriben en AFIP y que no tienen la solvencia ni la capacidad económica para generar una cierta facturación. Son los que venden los comprobantes apócrifos a las empresas para que simulen operaciones de compra y puedan reducir el pago de impuestos.
Los cabecillas
Por lo general y en todos los rincones del país, son contadores que conocen la mecánica de las operaciones que se realizan en el organismo recaudador. Suelen conformar las facturas truchas. También suelen contar con "valijeros" o captadores de clientes para llevar a cabo las maniobras.
Los usuarios
Son las empresas que compran las facturas truchas. Con ellas simulan compras de mercaderías o servicios, lo que les genera un crédito fiscal mayor en IVA en detrimento del débito, por lo que pagan menos. También aumentan los gastos, por lo que reducen el impuesto a las Ganancias.