El desenlace se veía venir después que trascendiera la molestia policial que hay por los supuestos malos tratos de personal de la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión, que controla el accionar de los uniformados. Desde ayer, hay un nuevo jefe en la fuerza: la gestión giojista designó a Adolfo Jofré en lugar de Abel Hernández, que la semana pasada le planteó el tema al ministro Adrián Cuevas. El exfuncionario tenía su renuncia redactada desde el viernes y antes de que la presentara, fue convocado a primera hora de la mañana por Cuevas para comunicarle que ni él ni el subjefe seguían. El nuevo titular de la Policía asumió en horas de la tarde y prefirió no hablar del tema que levantó la polémica.

El gobernador José Luis Gioja no cambió ayer su perfil conciliador y se reservó los motivos puntuales de la decisión. “Los cambios se han producido por distintas circunstancias que no vale la pena analizar, porque son cuestiones medio de Estado, son cuestiones nuestras”, afirmó.

Lo cierto es que la relación entre Cuevas y Hernández había llegado a un punto sin retorno. Todo empezó cuando comisarios y subcomisarios le manifestaron al por entonces jefe que había malestar por el manejo y trato desmedido de algunos miembros de la Subsecretaría que conduce el abogado Mauricio Solano, de extrema confianza del ministro, en los operativos de control sobre los efectivos. El lunes de la semana anterior, el exjefe se reunió con Cuevas, se lo planteó y comenzaron a precipitarse las cosas.

El viernes, Hernández y el exsubjefe, Luis Martínez, redactaron su dimisión porque no vieron cambios en el organismo que supervisa a los uniformados y sus allegados dicen que la enviaron en la tarde a la cartera de Gobierno y que no había nadie para recibírselas. Finalmente, con el aval de Gioja, el ministro los citó ayer en su despacho y les dijo que debían dejar sus cargos.

“Nunca se presentó la renuncia por escrito, hoy se les comunicó el cese en las funciones”, le contó Cuevas a este diario. Por otra parte, atribuyó la salida de la antigua cúpula a “distintas formas de ver las cosas” y advirtió que si hubiera abusos en la Subsecretaría, se deben denunciar al igual que los excesos policiales.

Jofré, que es comisario mayor retirado, es el cuarto jefe de Policía en lo que va de la era giojista. El primero fue Miguel González, que estuvo entre 2003 y 2011, hasta diciembre del año pasado lo sucedió José Luna y después vino Hernández, que permaneció algo más de 10 meses al frente de la fuerza.

Al mismo tiempo, será el tercer jefe que pasa por la administración de Cuevas en el Ministerio de Gobierno. Luna fue el primero y lo relevaron luego de la protesta policial de diciembre de 2013 por razones salariales y ahora le tocó a Hernández. El mismo ministro lo tuvo como secretario de Seguridad a González a partir de 2011, pero una fuerte interna entre ellos dejó al segundo afuera y en su lugar asumió Angel Riera, que también tuvo que dar un paso al costado por el acuartelamiento.

El flamante jefe policial elogió la tarea de su sucesor y si bien tomó distancia del tema que levantó el polvo, reivindicó los controles sobre la fuerza (Ver aparte). Junto a él asumieron Juan Reina como subjefe (estaba al frente de la Regional Noroeste) y el abogado José Luis Sánchez en la Secretaría de Seguridad, después de 9 meses sin tener titular.

Sánchez, que hasta ayer fue el secretario de Relaciones Laborales en Trabajo, aseguró que “la idea es seguir con el plan trazado, profundizarlo y hacer adecuaciones a medida que vaya mutando la forma del delito”. Además, sostuvo que “vamos a trabajar con la Policía para acelerar la respuesta a la gente… voy a acompañar a todos los miembros de la fuerza”.