Luego de que el juez Federal Leopoldo Rago Gallo dijera que el lugar donde hay más presencia de droga en San Juan es en el Instituto Penal de Chimbas, el director de la unidad, Oscar Ghilardi, puso en duda la afirmación al sostener “no sé qué estadísticas tiene el magistrado”, aunque reconoció la existencia del problema. Por eso, dijo que van a apurar la instalación de un scanner para mejorar los controles, que hasta ahora resultan insuficientes. “Así vamos a mejorar la situación”, expresó el funcionario.

El sábado, en el programa “A todo o nada”, de Radio Sarmiento, el juez Rago Gallo habló del problema del consumo en la provincia y afirmó que los estupefacientes entran “por la puerta” de la cárcel y precisó que “se hacen requisas, pero la droga sigue entrando”. Analizó que se trata de una “falla” en el sistema, que “está a cargo del Ministerio de Gobierno y del jefe del Servicio Penitenciario”.

El único funcionario en responder fue Ghilardi, designado en reemplazo de Leonardo Barac, quien dejó el puesto el 17 de febrero pasado. “No tengo cómo decir si hay más o menos droga que en otros lugares”, sostuvo el funcionario y adelantó que para evitar los problemas que tienen ahora para requisar a la gente que concurre para visitar a los familiares o amigos detenidos, quieren contar lo más pronto posible con el scanner (ver aparte), cuya instalación está muy demorada. El aparato se compró en 2013, llegó a la provincia en junio y aún no se pone a funcionar.

Este diario intentó hablar con el otro aludido, el ministro Adrián Cuevas. Pero no respondió a los incesantes llamados. El magistrado trazó un panorama que describe que las drogas que más adictos tienen en San Juan son la marihuana y la cocaína y que los consumidores son cada vez más jóvenes. El negocio, según Rago Gallo, está manejado “por unas 5 familias” y que la mayor cantidad de estupefacientes proviene de Mendoza, por eso propuso mejorar los controles y sugirió que Gendarmería Nacional instale puestos fijos en los ingresos a la provincia, con requisas de los autos.

Sobre el problema, Ghilardi respondió que “somos auxiliares de la Justicia y hacemos lo que se nos dicta”. En cuanto al sistema de requisas que hay en la actualidad, el funcionario reconoció que tienen dificultades porque “es invasivo” y mencionó que tienen límites para revisar a la gente “porque hay toda una normativa vigente que hace referencia a los derechos humanos”.

El director explicó que los internos que consumen drogas no tienen un lugar especial de detención y que cuando se detecta el problema son derivados a los gabinetes “en los que hay más de 20 personas trabajando”. No quiso opinar sobre los resultados de la rehabilitación. “Es difícil decirlo, ese análisis lo tienen que hacer los especialistas”.

El problema de la droga va en constante aumento en el país y San Juan no es la excepción. Rago Gallo dijo que cuando se hizo cargo del juzgado en el ‘93 había 4 ó 5 causas de drogas, pero que ahora superan las 4.000, lo que da una idea del crecimiento de este flagelo.