Finalmente, la polémica y las broncas se aplacaron. Fue después de conocerse que Adriana Tascheret consiguió su jubilación como jueza de Paz de 25 de Mayo y que el cargo quedó en condiciones de ser concursado. La mujer estuvo 4 años sin asistir a su lugar de trabajo por estar enferma, tardó más de la cuenta en tramitar su retiro y eso hizo que las causas que tenía a su cargo quedaran prácticamente paradas. La exjueza fue blanco de duras críticas de los magistrados que la tuvieron que reemplazar y del diputado departamental, que en su momento le achacaron no haber liberado el puesto antes.
Tascheret llevaba años como juez. Según dijeron en Tribunales, primero fue jueza de Paz Lego en la Capital y en la década del 80’, después de la sanción de la Constitución provincial que está vigente, asumió como juez en 25 de Mayo del fuero de Paz Letrado. Trabajó efectivamente hasta el año 2010, cuando empezó a pedir partes médicos.
Si situación desató una fuerte polémica en 2012, debido a que la falta de juez provocó demoras en las causas que se tramitaban en 25 de Mayo. Ante ese panorama, el diputado departamental Juan Carlos Quiroga Moyano reaccionó no por los partes médicos que presentó Tascheret, sino por no renunciar para jubilarse. “Es absolutamente entendible que si está enferma no vaya a trabajar, pero creo que esa situación no se puede extender por tanto tiempo, lo mejor sería que se jubile”, le dijo a este diario en aquel entonces el veinticinqueño.
El legislador giojista aseguró que en el municipio habían recibido quejas de los vecinos con procesos abiertos en la Justicia de Faltas, debido a que estaban atrasados. De ahí que insistió en que la magistrada pasara a retiro, para que alguien asumiera en su lugar y pusiera al día el juzgado.
Después fue el turno de los jueces de Paz de los distritos aledaños, que la tuvieron que cubrir en su lugar de trabajo mientras duró la licencia. Por lo bajo y con bronca, aseguraron que atender otro departamento les genera demoras en sus propios departamentos y confesaron que esperaban una requisitoria de la Corte de Justicia a Tascheret para que resolviera su situación.
La profesional renunció ante la Cámara de Diputados en noviembre de 2012 para acceder a una jubilación por incapacidad y la expectativa era que dejara efectivamente el cargo a los pocos meses. Pero las demoras continuaron y la licencia se extendió. La profesional inició el trámite bajo el régimen ordinario y cuando se dio cuenta que podía irse mediante la ley que les da a los magistrados el 82 por ciento, tuvo que rehacer todo. Así fue que el beneficio terminó saliendo recién 2 años después.
La salida de Tascheret se hizo efectiva una vez que el organismo previsional le dio el alta como pasiva. Implica que el cargo ya está vacante y que se puede avanzar en el proceso para designar a quien será su sucesor.
La Corte de Justicia le comunicó esta semana al Consejo de la Magistratura la novedad, para que dispare el dispositivo. Los consejeros tienen ahora que armar un cronograma y publicar el llamado a concurso, dando a conocer las fechas de inscripción y de entrevista a los aspirantes.
El cargo en juego es vital para el funcionamiento del aparato judicial. El fuero de Paz es la forma más rápida que tienen para acceder a la Justicia los habitantes de los departamentos alejados y allí se resuelven cuestiones de la más diversa naturaleza: los magistrados entienden en sucesorios, desalojos, contravenciones y ejecuciones de poco monto de dinero, entre otras cosas, además de disponer las primeras medidas investigativas en casos penales hasta que interviene el Juzgado de la jurisdicción.
Si bien debería tratarse de una cuestión urgente a resolver, para que el juzgado veinticinqueño se normalice después de mucho tiempo, no hay certeza de que la vacante se pueda cubrir en lo que queda de este año. El Consejo de la Magistratura tienen en estos momentos cuatro concursos más abiertos (ver recuadro) y si eventualmente mandara la terna de aspirante en diciembre a la Legislatura, donde se designan los jueces, hay que ver si a esa altura todavía quedan sesiones por celebrar o si existe voluntad de convocar a una extraordinaria. De lo contrario, la cosa quedaría recién para el año que viene.
De acuerdo a la experiencia de concursos anteriores en el fuero de Paz, en Tribunales esperan que la vacante genere mucho interés entre los abogados. El que resulte electo para el puesto cobrará unos 30 mil pesos, dependiendo de la antigüedad que tenga desde el momento en que se recibió.