La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, añadió ayer un elemento de presión en el conflicto comercial con la Argentina, al criticar la "burocracia" que las empresas de su país "enfrentan en otros países" y a su juicio representan una traba a las exportaciones.

En tanto, su ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel, reiteró que las licencias no automáticas aplicadas en el mercado automotor no implican una "guerra" comercial con la Argentina. Las declaraciones de Rousseff y Pimentel abren una semana en la que se esperan definiciones acerca de una posible reunión entre el funcionario brasileño y su par de Industria de la Argentina, Débora Giorgi, para que se resuelva el conflicto comercial derivado de la aplicación por parte del país vecino de licencias no automáticas para la importación de automotores y autopartes.

En declaraciones que reproducen agencias internacionales y portales brasileños, Rousseff aseguró que una de las prioridades de su gobierno es incrementar las exportaciones y que va a "buscar medios para reducir la burocracia que las empresas enfrentan en otros países".

La ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunirá hoy con el embajador de Brasil en la Argentina, Enio Corderio, para coordinar posibles encuentros con su par Fernando Pimentel, y destrabar el conflicto comercial que mantienen ambos países. Así lo precisaron fuente del Ministerio de Industria.