Ya ha quedado muy claro que el vino se hace en la viña, siendo la sanidad del viñedo un factor clave e imprescindible para obtener vinos de excelente calidad. Realizar una gestión integrada en sanidad vegetal de la vid supone un reto importante en la protección de viñedos y parrales.

La baja productividad que tienen hoy las vides en la Argentina hace pensar no sólo debido al factor de bajos precios de la uva y por ende poco trabajo en las fincas, sino a otros factores muy importantes y que ya deben ser reconocidos como causa de bajos rindes por hectárea: el impacto del cambio climático y las plagas y enfermedades.

En el mundo científico y técnico hoy ya están muy preocupados por principales amenazas potenciales para el viñedo como son la ‘Flavescencia dorada‘ (virus), las enfermedades de madera de la vid (hongos), la Enfermedad de Pierce (Xylella fastidiosa), la peronóspora, el oídio, la podredumbre blanca radicular de la vid o el mosquito verde. En nuestro país preocupa ya el avance en Mendoza de la polilla Lobesia, y a modo general en todo Cuyo de la infestación de numerosos virus.

No hemos aplicado todavía con eficacia en forma integrada el control de plagas, enfermedades y malezas como son el empleo de agentes de control biológico, el uso de drones, el uso de sistemas de apoyo a la decisión que permiten optimizar la elección del momento de aplicación fitosanitaria, el ajuste de la dosis mediante el uso de sensores, etc.Falta mucho.

Las nuevas investigaciones señalan una vinculación de alta productividad con el incremento de enfermedades causadas por hongos. O lo que es lo mismo que el crecimiento de las enfermedades fúngicas de la madera de la vid (EMV) en los últimos años podría estar directamente relacionado con la sobreexplotación de las cepas para aumentar su productividad.

Expertos internacionales europeos señalan que pocos años se han pasado de rendimientos de 5.000 kilogramos por hectárea a más de 18.000. Piensan que esos más de 100 hongos asociados a los síntomas de las EMV están ahí pero sólo se exaltan en su poder patogénico cuando se debilita la planta.Hoy solo existe para esta enfermedad la prevención como estrategia, particularmente en la poda, dado que las heridas de la planta son la principal puerta de entrada para el contagio.

EL DESAFÍO 

Es necesario que exista una adecuada coordinación entre gobierno, los investigadores y el sector para ser completamente eficaces en la gestión integrada de plagas. El gobierno anterior y el actual vienen convocando a viveristas, productores, paseros, exportadores de uva de mesa y bodegueros para que junto al INTA, Senasa, Inase e INV se ejecute un plan para luchar contra hongos, virus y bacterias.

El sector privado solo no resolverá el problema. Esa política debe ser clave para salvar la sanidad de nuestros viñedos. Urge poner en marcha un plan y realizar un saneamiento para reponer nuevos viñedos sanos. En la Argentina, el INTA viene trabajando desde hace años en un programa de investigación y producción de plantas libres de virus muy interesante pero que debe ser acompañado con nuevos centros de investigación para estar a la altura de dar solución a un tema que año a año se ha convertido en muy grave.

Se estima que cerca del 30 % de los viñedos de la provincia están infestados con virus, otro tanto con hongos y bacterias. Las mayores exigencias de las bodegas comienzan a observar algunos problemas atribuidos a ciertos virus. Las consecuencias sobre la producción se observan en menores niveles de azúcar, color e incluso peso de bayas. No hay herramientas útiles para controlar estos problemas virósicos en los viñedos, por lo tanto es necesario usar materiales de propagación como barbechos, estacas, yemas, etc. sanos libres de virus en nuevas plantaciones.

Lo más barato y eficiente es trabajar desde el vamos con plantas sanas. Una vez que estos organismos se establecen en el viñedo, no existe cura. Por lo tanto es vital lo que se está realizando sobre la lucha para que la ‘Polilla de la vid‘ no se difunda desde Mendoza a San Juan, pero urge también abordar otras plagas, hongos, bacterias y por sobre todo los virus causantes en parte de los bajos rendimientos.