Si prospera un proyecto que impulsa al Colegio de Magistrados, los jueces de San Juan podrían tener por primera vez un Código de Etica que regule y sancione sus conductas. La inquietud trascendió ayer, en unas jornadas que organizó la Universidad Católica de Cuyo (UCC), en un contexto muy particular que pone sobre el tapete la formación ética de quienes conducen el Poder Judicial: la Corte de Justicia sufre hoy fuertes críticas por las recientes designaciones sin concurso de empleados, la mayoría de ellos parientes.

En las jornadas, el presidente del Colegio de Magistrados, Juan Carlos Peluc, aclaró que por ahora es sólo una idea. Sin embargo, dijo que "se podría convocar a la Corte de Justicia, el Foro de Abogados y las Universidades para elaborar un proyecto definitivo".

Los jueces que impulsan la iniciativa explicaron que no surgió a partir del revuelo de los polémicos nombramientos. De todos modos, un Código de Etica fija lo que puede y no puede hacer un magistrado más allá del punto de vista legal (Ver aparte) y sería perfectamente aplicable para sancionar ese tipo de conductas.

Hoy, en el aspecto ético, el Poder Judicial tiene un vacío. No hay norma que defina un conjunto de valores a tener en cuenta por los funcionarios judiciales a la hora de actuar. Ante ese vacío, la Corte de Justicia se ampara en la legalidad: sostienen que con las designaciones interinas a dedo de familiares no violan ningún límite, porque no están prohibidas por ley.

Las jornadas de ayer en la UCC trataban sobre ética profesional y los cortistas estaban invitados. No fue ninguno. Además de Peluc, que firmó las designaciones en reemplazo de un cortista que está de licencia, se vio a los jueces Mónica Lucero, Roberto Pagés y Elena de la Torre.