En el filo del cierre de las sesiones ordinarias, que definirán leyes económicas clave para el Gobierno, el jefe del bloque kirchnerista de Diputados, Agustín Rossi, abrió un nuevo frente de conflicto con la oposición en el Congreso: Advirtió sobre la posibilidad de veto presidencial si el nuevo Congreso avanza con leyes "inconvenientes" para el Gobierno.

Ayer, Rossi, ratificó que el Gobierno vetará "las leyes que la oposición intente votar sin acuerdo del oficialismo" a partir del 10 de diciembre, cuando el oficialismo quede sin mayorías en ambas Cámaras.

El legislador aclaró que esa reflexión la hizo para "tratar de evitar que la oposición esté tentada en construir una agenda en forma unilateral, sin buscar puntos de acuerdo con el oficialismo" y advirtió que "cambiará una parte de la composición de las cámaras, pero no el Gobierno".

"Si las leyes que se proponen son con ánimo revanchista, seguramente el oficialismo no las apoyará y entonces tendrán que conseguir primero los votos en Diputados, luego en el Senado y después al Poder Ejecutivo le queda el instrumento del veto", analizó.

Por su parte, Aníbal Fernández tomó distancia prudencial de los dichos del jefe de los diputados K al sostener: "El artículo 77 la Constitución le permite al Poder Ejecutivo vetar, pero no sé de qué habla Agustín Rossi, no me quiero hacer cargo de lo que dice él, pero nosotros tenemos la necesidad de tomar lo bueno del Congreso" y vetar lo que no se considera correcto, completó.

Mientras que Rossi insistía en que la Casa Rosada utilizará esa herramienta siempre que lo considere necesario, el diputado electo de Unión_PRO, Francisco De Narváez, reclamó a Cristina Kirchner que "respete" la "voluntad popular" expresada en las últimas elecciones legislativas y desde el radicalismo acusaron al kirchnerismo de querer "cerrar el Congreso".

De Narváez, que el 28 de junio derrotó a Néstor Kirchner en las legislativas, fue lapidario. "Si la Presidenta abusa de los vetos será una muestra más de que el kirchnerismo le falta el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas", opinó a través de un comunicado.

En la misma línea, advirtió que Cristina Kirchner "deberá asumir el costo político de vetar leyes aprobadas por los representantes del pueblo y de las provincias".

"Agustín Rossi lo único que hizo fue hablar por Néstor Kirchner", aseguró, en tanto, el diputado nacional radical Miguel Giubergia; quien sostuvo: "No tenemos ninguna duda sobre que el gobierno nacional va a utilizar el veto como herramienta, con el único fin de cerrar el Congreso".

El legislador jujeño recalcó que "ya lo veníamos advirtiendo, va a ser la primera vez que el kirchnerismo se va a amparar en la Constitución Nacional para justificar sus actos".

"Que se preparen para el veto presidencial", advirtieron, por su parte, otras

fuentes parlamentarias cercanas a la Casa Rosada.

Al respecto, remarcaron que el Gobierno nacional "con tener un tercio de la Cámara no está obligado a hacer lo que no quiere".

No obstante, la mayoría que podría controlar la oposición dura estará atada a la postura que adopten la decena de legisladores de centroizquierda.

Tal como quedarán los números, ni al oficialismo ni a los principales bloques anti K les alcanzará para aprobar una norma sin sumar aliados.