A eso de la 1.30 del viernes, el director del Penal de Chimbas, Adriel Fernández, y el subdirector Darío Cuevas recorrieron el Sector I y descubrieron, primero, que no se encontraban los guardias que tenían que estar vigilando los pabellones. Ante las ausencias, encararon la búsqueda hasta que los hallaron: estaban en una habitación de descanso, con música y jugando a las cartas, en pleno horario de servicio, confirmó la máxima autoridad de la cárcel. Por ese motivo, los penitenciarios fueron separados de sus cargos (no cumplen funciones, aunque perciben sus haberes) y se abrieron sumarios administrativos que se están tramitando en la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión, en la que se evaluará si corresponden sanciones, como suspensiones.

Entre los guardiacárceles hay ocho suboficiales, que debían estar cumpliendo la función de celadores, pero que no estaban desarrollando sus tareas. El restante es un oficial que se localizaba en otra oficina, a escasos metros de donde se encontraban sus subordinados, y que debía controlar y asegurarse que estuvieran realizando su trabajo. La recorrida que encabezó Fernández se llevó a cabo luego de que, el miércoles de la semana pasada, personal de requisa detectara un revólver calibre 32 desarmado, además de estupefacientes y celulares, en el mismo Sector I. Por esa razón, también fue separado de su cargo y se abrió un sumario contra el jefe de seguridad de dicha área (ver Arma entre presos).

El director del Penal resaltó que el personal penitenciario recibe su remuneración en tiempo y forma, que se ha visto beneficiado con ascensos y capacitaciones, además de la incorporación de tecnología, por lo que se le exige que cumpla su tarea. "Estas medidas son ejemplificadoras, ya que, si se abandona el puesto de trabajo y sucede un hecho lamentable, tienen una responsabilidad que estará sujeta a una investigación penal. Así, la forma de preservar al personal es no dejar pasar estas circunstancias", remarcó Fernández. Además, destacó el trabajo de la casi totalidad del personal, ya que "miramos cada uno de los rincones del Penal" hasta las 5.30 de ese viernes y que, el resto, unos 200 guardias en ese turno, "estaba cumpliendo sus tareas con normalidad".

El secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, que tiene bajo su órbita al Servicio Penitenciario, también puso en valor las medidas que se han dispuesto a favor de los guardiacárceles y la exigencia a la hora de desarrollar sus tareas, además de investigar las irregularidades que se comenten, en línea con la actitud que se le pide a la Policía de San Juan.

El arma de fuego hallada la semana pasada se produjo en el pabellón 2 del Sector I, en la parte conocida internamente como "Atila", que es la más vieja en cuanto a estructura edilicia del Penal. A esa zona apuntaron, primero, el director y el subdirector el pasado viernes. Así, recorrieron los otros tres pabellones de "Atila" y dos de una zona contigua del mismo Sector I, denominada "Tango". En esta última, los penitenciarios se encontraban en sus puestos, mientras que en la primera habían dejado su lugar de trabajo. Fernández explicó que los guardias están ubicados en un espacio acondicionado en la puerta de los pabellones para supervisar las 24 horas, aunque aclaró que hay relevos y turnos. En ese punto, el personal observa el pasillo y hacia adentro del pabellón, por lo que, si hay un interno que necesita de ayuda o si se produce un altercado, el celador avisa para que el grupo especial tome el control del lugar.

En cambio, si se abandona el lugar, puede pasar cualquier cosa y no hay señales de alerta internas. Ahora, el director del Penal debe elevar un informe a la Subsecretaría de Control de Gestión, la que debe llevar adelante la investigación interna, la que consiste en citar testigos y tener los descargos de los implicados para emitir una opinión.

 

  • CLAVES

Visita sorpresiva
El director y subdirector del Penal recorrieron el Sector I a la 1.30 del viernes. Ahí descubrieron que los guardias no se encontraban en sus puestos, sino que estaban en otra habitación jugando a las cartas.

Sumarios
Los guardias involucrados fueron separados de sus cargos y enfrentan sumarios administrativos que llevará adelante la Subsecretaría de Control de Gestión, la que hará la sugerencia de aplicar sanciones.

 

  • Arma entre presos

El miércoles de la semana pasada, personal penitenciario llevó adelante una requisa y encontró un revólver calibre 32 en el pabellón 2 del Sector I, el cual estaba dividido en partes. Además, hallaron estupefacientes y teléfonos celulares. Adriel Fernández, director del Penal, dijo que tenían una línea de investigación y que, por eso, apuntaron al lugar específicamente. A raíz del hallazgo, se produjo la reubicación de 18 de los 69 internos que se encontraban en el pabellón, sumado a que se habían detectado ciertos conflictos internos. Todo bajo la supervisión del Juzgado de Ejecución Penal. Desde el Servicio Penitenciario se informó el descubrimiento del arma a la Comisaría 30, cuya investigación quedó en manos del Segundo Juzgado de Instrucción, mientras que, en el tema de los estupefacientes, intervino el Departamento Drogas Ilegales, bajo las directivas del Juzgado Federal Nº2.