La primera mujer presidente de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó ayer que Argentina es uno de los "actores estratégicos" de la política exterior de su país y anticipó que los ejes de su visita a Buenos Aires serán la cooperación comercial y en el área de energía nuclear y la coordinación en organismos multilaterales.
"La Argentina es uno de los actores fundamentales, uno de los elementos estratégicos para nuestra política externa", destacó ayer por la tarde Rousseff en diálogo con la prensa brasileña, en la ciudad de Porto Alegre, donde inauguró una usina de una represa y se reunió con el gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro.
El primer destino de sus viajes al exterior de la presidenta brasileña será Buenos Aires, adonde llegaría el domingo por la noche o lunes bien temprano por la mañana, acompañada por sus principales ministros: el de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota; de Hacienda, Guido Mantega; de Desarrollo Social, Tereza Campelo; de Energía, Edson Lobao; de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante; y de Desarrollo, Industria y Comercio, Fernando Pimentel.
El gesto de elegir a la Argentina como primer destino internacional fue presentado como la reafirmación de la alianza estratégica y la prioridad que el Planalto continuará dando a la relación bilateral y a la región.
La cita también marca la primera vez que ambos países están gobernados por mujeres.
Al respecto, según citaron los diarios Folha y Estado, Rousseff agregó que "la Argentina es fundamental para el posicionamiento de Brasil en América Latina" y enfatizó que "el desarrollo de Brasil pasa por la asociación con los países de la región".
Según Rousseff, la agenda del encuentro con la presidenta Cristina Kirchner será la cooperación comercial, la coordinación en los organismos internacionales como el G20 y la tarea común en el área de la energía nuclear.
También en el campo energético, las dos presidentas discutirán la construcción de la planta hidroeléctrica binacional de Garabí y un memorando de intercambio de experiencias sobre bioenergía.
En el campo social, se prevé un acuerdo para que Brasil transfiera su experiencia con un programa habitacional que otorga residencias subsidiadas a los sectores más pobres.
También firmarán un memorando de promoción comercial, en el que un país promoverá las exportaciones del otro en aquellos mercados donde tiene presencia.
Por su parte, el asesor presidencial para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, explicó que Rousseff quiere impulsar una nueva fase de la integración productiva con Argentina para crear entre los dos países las bases de un "poderoso eje productivo".
"Queremos que América del Sur sea un polo de este nuevo mundo multipolar que se está constituyendo", manifestó el funcionario en declaraciones a Folha.
García precisó que la idea es acelerar la integración productiva en algunos sectores como el automotor, en el que "hubo una cierta desnacionalización de la producción de autopartes", pero que también se buscará "agregar valor al petróleo y tendríamos que desarrollar una parafernalia industrial gigantesca en la región".
Rousseff permanecerá en Buenos Aires apenas 24 horas, pero con una agenda full time.
Ambas, recibirán en la misma Casa Rosada a integrantes de las asociaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, para posteriormente sumarse a reuniones paralelas de los equipos ministeriales.
Según el cronograma previsto, cada uno de los ministros tendrá un encuentro con sus contrapartes argentinas, previo a que las dos presidentas suscriban una serie de acuerdos, y ofrezcan una declaración conjunta a la prensa. Tras las actividades de trabajo, Rousseff será agasajada por el gobierno argentino con un almuerzo de honor en el Palacio San Martín, y se espera que luego emprenda el regreso a Brasil.