En la reunión para decidir la nueva conducción del Partido Bloquista, tras las internas del 24 de junio, el sector opositor encabezado por Juan Domingo Bravo pidió, al menos, una vicepresidencia y dos secretarías, en la nueva dirección partidaria. Pero el oficialismo, liderado por Graciela Caselles, no les dio lugar y terminó quedándose con todos los lugares, pese a los reclamos.
El primer punto del orden del día en el encuentro del Comité Central fue la designación de las nuevas autoridades y arrancó con un planteo de la ex diputada Gladys Pósleman por reclamar “el lugar que los afiliados nos dieron”. Hacía referencia a que la Lista Recuperación Bloquista, encabezada por Bravo, había obtenido el 43 por ciento de los votos y que por eso debían tener representación entre las nuevas autoridades.
Pero en la votación se impuso el número del oficialismo y por 28 votos contra 13 se ratificó la actual conducción de Caselles y después se la facultó para designar al resto de los miembros del Comité Central.
Así, Raúl Sánchez continuará como secretario administrativo, Héctor Pezé será tesorero; Juan Naveda, protesorero; Domingo Arnáez, secretario político; Elena Lazarte, secretaria de adoctrinamiento; Andrés Chanampa, secretario de prensa; Orlando Páez, secretario de movilización, y Humberto Sierra, secretario de asuntos institucionales. Como apoderados actuarán Alejandro Genest y Miguel Gay.
En las internas pasadas estuvo en juego la postura de defender la continuidad en el Frente para la Victoria o romper el acuerdo, y terminó ganando la primera.
En el encuentro hubo algunos momentos de tensión, como cuando Bravo reclamó que nunca lo llamaron para hablar de unidad partidaria sino que recibió “una carta fría”. Y después su hermano Alejandro comunicó la decisión de abstenerse en la votación de los cargos porque no les daban lugar.
Al final, Caselles convocó “a armar una historia nueva y a recorrer un camino de grandeza, pero con el trabajo de todos”.
Tras destacar que “el Partido Bloquista fue el abanderado de las grandes reivindicaciones sociales” pidió que “las críticas se hagan puertas adentro”.
A la reunión, que tuvo lugar en el primer piso de la histórica sede de la calle Mitre, también se sumó la visita de Laura Adámoli, esposa del desaparecido Leopoldo Alfredo Bravo.

