El represor Jorge Antonio Olivera comenzó ayer a prestar declaración indagatoria y la audiencia continuará mañana, informaron fuentes judiciales. El ex jefe de Inteligencia del RIM 22 durante la última dictadura militar está rindiendo cuentas por la causa denominada “Farías”, la cual comprende los homicidios de militantes en supuestos enfrentamientos armados.
Luego de poco más de tres años y medio prófugo, el exmilitar fue detenido el lunes de la semana pasada en la casa de su exesposa, Marta Ravasi, en San Isidro, en la Ciudad de Buenos Aires. Fue trasladado al Penal de Chimbas el jueves bajo un estricto operativo de seguridad, ya que debe seguir rindiendo cuentas en la Justicia. Si bien no trascendieron detalles de su declaración, continuará mañana dando explicaciones, destacaron las fuentes. Luego será indagado en la causa por la privación de la libertad y tormentos que sufrió Héctor Cevinelli. Además, se sentará en el banquillo de los acusados del segundo megajuicio por delitos de lesa humanidad, fijado para el 13 de marzo. En el mismo será juzgado por cuatro causas, en las que se lo acusa de privación ilegítima de la libertad, tormentos agravados y la desaparición física de personas. Una de ellas corresponde a la segunda parte de la llamada compulsa Bustos, mientras que las restantes son los expedientes Ripoll, Nívoli y Mazzitelli.
Olivera había sido condenado el 4 de julio de 2013 a prisión perpetua en el primer megajuicio. Pero 21 días después se fugó del porteño Hospital Militar Argerich junto a Gustavo De Marchi, quien había sido sentenciado a 25 años de cárcel.