Carla Coppari, exmodelo y periodista, rompió el silencio en una extensa entrevista en el diario español El Mundo para defender al ex concejal de Marbella,Carlos Fernández, que fue detenido la pasada semana en San Juan tras 11 años de fuga
Aquí la nota completa publicada en la edición impresa y digital de ese diario
Carla Coppari (40 años) tenía una vida feliz y pasaba desapercibida hasta la madrugada de viernes de la pasada semana cuando su marido fue detenido por la policía argentina en su domicilio de la ciudad de San Juan. Es la mujer de Carlos Fernández, el ex concejal del Ayuntamiento de Marbella investigado por el caso Malaya que ha estado once años prófugo de la Justicia. Curiosamente las autoridades argentinas le localizaron justo cuando sus delitos podrían haber prescrito.
La periodista salió a defender la inocencia de su esposo a quien califica "como el amor de su vida". Está dolida porque la prensa lo estátratando "peor" que a "un terrorista de ETA".
Carla, hija de un ingeniero mecánico y de una profesora de latín, era modelo cuando conoció a Fernández en San Juan en 2007. Carlos había llegado allí en junio de 2006 tras fugarse de España, una vez que se enteró de que iba a ser detenido en la segunda fase de la Operación Malaya.
El ex edil, que fue uno de los urdidores de la moción de censura que desbancó a Julián Muñoz de la alcaldía de Marbella, le dijo al juez que se personaría ante él voluntariamente para colaborar una vez que finalizase el Camino de Santiago. Fue una excusa para ganar tiempo y emprender una huida que ha durado once años. Se encontraba en León y en vez de bajar a Marbella, cruzó la frontera con Portugal, cogió un vuelo en Lisboa y se plantó en el aeropuerto de Buenos Aires. De allí se movería hasta el municipio de San Juan, donde conocería a Coppari.
El flechazo fue instantáneo y comenzaron a vivir juntos. "Yo estoy con Carlos desde el minuto cero porque yo me enamoré desde el minuto cero de Carlos. Es una persona divertida, inteligente y aquí ha podido encontrar una familia porque a la gente buena le pasan cosas buenas. Es un padre amoroso", dice Coppari. A ella ni siquiera le importó que Fernández estuviese perseguido por la Justicia en España y acusado de los delitos de malversación, prevaricación y cohecho. Ella confió en su palabra de que no había robado dinero de las arcas de Marbella ni que había recibído sobres con dinero negro del asesor de Urbanismo, Juan Antonio Roca, que era el que gestionaba las mordidas de los constructores.
"No se ha probado que hubiese robado y ojalá lo hubiese hecho porque tendríamos otra casa, habríamos viajado más… Nosotros hemos llevado una vida humilde, no es verdad nada de lo que se ha contado… de que si Carlos tomaba cigalas en restaurantes. Hemos tenido que escuchar esas mentiras mientras estábamos comiéndonos un plato de lentejas. Tenemos una casa sencilla y yo me hago hasta las cortinas y pinto los cuadros", dice.
La pareja se casó por lo civil en 2008 y a pesar de que Fernández estaba teóricamente en busca y captura decidió celebrar la boda en San Juan con la presencia de sus padres y su hermano, que viajaron desde España. "Mi suegra trajo la partida de nacimiento original y su hermano Toni fue testigo de la boda. No falsificó sus documentos como se ha dicho. Aquí en Argentina Carlos es Carlos Fernández, los vecinos le conocen así, los padres del colegio también. Él ha movido con su pasaporte oficial y mis hijos tienen sus apellidos. Tampoco ha estado escondido. Hemos ido a eventos, al McDonald’s los domingos con los niños…", aclara Coppari.
Las autoridades policiales españolas, a pesar de que supuestamente estaban buscándole, declinaron hacerle un seguimiento a sus familiares. Ni les pincharon el teléfono ni les vigilaron en sus continuos viajes a Argentina, algo que sí han hecho para encontrar a otros prófugos. La Policía argentina aseguró que el fugado se había hecho hasta 15 retoques estéticos para justificar su tardanza de once años en encontrar a una persona de la que tenían hasta un retrato. "Una persona después de 12 años, cambia un poco, tiene más arrugas, está más gordo, pero Carlos no se ha operado. Sólo hace falta poner un par de fotos para ver el antes y el después. Es la misma cara. También es falso que haya estado protegido por un jeque árabe o se haya movido con un pasaporte irlandés", dice Coppari.
Fernández, que ha tenido dos hijos con Coppari, incluso montó una empresa de coaching y subía sus terapias a Youtube. "Le ha ido muy bien. Tenía clientes a todas horas y ha asesorado a un alcalde. Con su carisma ha logrado llegar donde yo no he podido", explica la periodista. Fernández desarrolló esta actividad profesional sin esconderse a pesar de que teóricamente estaba en busca y captura por la Interpol y posaba en eventos sociales en la ciudad de San Juan. Imágenes que llegaron a circular por Internet.
-¿Cómo es posible que su esposo no hubiese sido localizado antes?
-No lo sé.
-¿Cree que tenía un pacto con la policía española para que le dejasen en paz a cambio de información?
-Prefiero no comentar nada sobre su situación. Lo que sí desmiento es que fuese detenido porque en las fotos que pasaron de él con la cara tapada y en la que aparece con esposas no es él. Esos pantalones no son suyos y yo lo sé porque yo soy quien le compra la ropa.
Su hermano y abogado, Antonio Fernández, insiste también en que el ex edil se entregó para acelerar el proceso para declarar prescritas sus causas. Mientras la Justicia española analiza sus causas (una ya la declaró prescrita este jueves), Fernández aguarda en una prisión de San Juan.
"No es un sitio espantoso. El colchón que tiene es mejor que el que tiene mi hija en mi casa".
-¿Se vendrán a vivir a Marbella si queda libre?
-Yo iré donde él quiera… si me dice que me vaya debajo de un puente ahí iré.