Contrariamente a su antecesor Carlos Menem, quien solía mostrarse en pantalones cortos en una cancha de fútbol con Diego Maradona o en un rectángulo de básquetbol junto al "gigante" Jorge González, Néstor Kirchner se hizo ver poco en estadios deportivos, pero dio contundentes pasos desde los mismos escritorios de la política, como el acuerdo con AFA por la televisación de los partidos.

Kirchner le cedió el estrado a la presidenta Cristina Fernández, al titular de la AFA, Julio Grondona y a Diego Maradona para anunciar el convenio entre el Estado y la AFA y derivar 600 millones de pesos anuales ante una multitud de dirigentes bajo una enorme carpa en el predio de Ezeiza. Ese movimiento se dio en los albores de sus choques con empresas periodísticas. La AFA respondió rescindiendo unilateralmente el contrato que tenía con una de esas compañías. "El pueblo argentino conoce la relaciones que hay y hubo entre la AFA y el Gobierno, estábamos trabajando en conjunto", atinó a decirle Grondona a DyN, ayer por la mañana, cuando se enteró por esa llamada del deceso del ex presidente. También el ex presidente jugó fuerte por Maradona. Avaló la recepción que le hizo la gente del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, cuyo hijo es uno de los más estrechos amigos del entrenador, tras la decepción de Sudáfrica. Luego de su salida del seleccionado, Kirchner fue el primero en recibirlo en Olivos. Si alguna faceta de Kirchner de la que poco se supo era sobre su historia como deportista. Apenas se rescatan sus participaciones como basquetbolista en tiempos de estudiante secundario en los ’60. "No jugaba nunca" llegó a rememorar, porque siempre quedaba en el banco.

La revelación la hizo cuando Emanuel Ginóbili le regaló una camiseta de San Antonio Spurs con el número 1 en la espalda y grabado el apellido del entonces presidente. Entonces, año 2003, Manu llegaba a la Argentina con su primer anillo de la NBA y visitó a Kirchner en la Rosada. Últimamente se supo que había dejado de jugar los "picados" en la Quinta de Olivos por recomendación médica, tras ser sometido a una angioplastia en septiembre pasado. En cambio siempre hizo público su devoción por Racing. Ni bien fue electo presidente en los primeros fríos de 2003, se lo vio agarrándose la cabeza por una derrota albiceleste en la cancha de Racing acompañado por otro sufrido racinguista, el sanitarista Ginés González García, quien sería su ministro de Salud y ahora embajador en Chile. En Racing pisó fuerte. En algún acto saludó a la "Guardia Imperial", la barra brava del club y luego volvió a ejecutar su poder eyectando a la gerenciadora Blanquiceleste e imponiendo al abogado Héctor García Cuerva como interventor. Su bunker de Puerto Madero fue desfiladero de muchos de los candidatos a presidente de Racing, siempre sin hacerse ver. En cambio, toda la prensa estuvo cuando aterrizó en helicóptero llevando plasmas que le había "mangueado" Ricardo Caruso Lombardi, según las palabras que utilizó el entrenador en diálogo con DyN.

"Con el fútbol sufro más que con la política" había dicho aquel 4 de junio del año pasado. Caruso Lombardi, hoy en Tigre, rememoró que Kirchner le dejó la "imagen de tipo de barrio".

No se hacía ver en los espectáculos deportivos. El titular de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), Arturo Grimaldi, reveló que "varias veces lo invitamos a algún torneo, pero nunca fue". Sin embargo, Kirchner siguió atentamente la sede de la final de la Davis en 2008.

Si bien desde la dirigencia del tenis nacional siempre se negó presión alguna del Gobierno nacional, el escenario elegido fue Mar del Plata, la ciudad que adora el gobernador Daniel Scioli, pese a sus problemas con el estadio.