El Gobierno de Alberto Fernández ya aprobó un proyecto clave para destrabar la ejecución del Acueducto Gran San Juan y todo indica que va camino a darle el OK a otro, por lo que en Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) estiman que en abril se reactivará la obra en un 100 por ciento. La construcción venía prácticamente frenada y había alcanzado un avance de tan solo el 4 por ciento. El reimpulso obedece a la decisión de la administración nacional de focalizar su atención y recursos en trabajos que se encontraban frenados de la gestión anterior, tal cual lo manifestó el ministro de Obras de la Nación, Gabriel Katopodis, durante su visita a San Juan.
Según explicó Guillermo Sirerol, presidente de OSSE, la Secretaría de Política de Infraestructura y Política Hídrica nacional aprobó el proyecto ejecutivo (el detalle fino de ingeniería) que contempla los cambios efectuados al recorrido de las cañerías. El plan establecía que la traza iba a rodear la Quebrada de Zonda, pero se modificó y se realizará un túnel (que incluirá el tránsito vehicular) sobre la sierra de Marquesado (ver infografía). La modificación había tenido el OK de la empresa estatal local, dado que se ahorran unos 10 mil metros de caños y se evita el zanjeo sobre la calzada y la banquina de la Ruta 12, con el problema que genera en la zona por lo angosto del camino y la presencia de árboles. El proyecto no tuvo el visto bueno del Gobierno macrista, por lo que no se podían liberar los fondos. La actual gestión nacional sí lo aprobó y así se dispararán los recursos para los certificados de obra realizados y los que se hagan.
Sirerol destacó que están trabajando en lo que se denomina la toma de agua para la planta potabilizadora: si es más cerca del dique Punta Negra (fuente de abastecimiento) garantizará el suministro de agua todo el año hacia la planta que si está "más abajo". Esa modificación también la deberá aprobar la Nación y el titular de OSSE calculó que desde abril ya se estará en óptimas condiciones para que la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que conforman Benito Roggio, Mapal y Sigma encaren la construcción en diferentes frentes de ataque.
La obra civil está valuada en 2 mil millones de pesos y contempla la construcción de la planta potabilizadora y el zanjeo y la colocación de las cañerías. El financiamiento proviene de Nación.
La gestión uñaquista había conseguido dos créditos del Fondo Kuwaití y de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por un total de 100 millones de dólares para la adquisición de caños de acero inoxidable y de polietileno de alta densidad (PDA).
El acueducto está planeado para garantizar el abastecimiento de agua potable para una población que supere el millón de habitantes y beneficiará al Gran San Juan y a zonas de Zonda, Ullum y Pocito.