Aunque la idea de citar a los distintos sectores de la actividad económica, educación, salud, trabajo y seguridad en el marco del Acuerdo San Juan era para que aportaran propuestas a las medidas que se deberán instrumentar para evitar la ola de contagios por el Covid-19, en el encuentro de la mañana de ayer no todos cumplieron con esa premisa. Es que hubo muchos reclamos de cámaras y sectores que en realidad sólo pretendían no salir afectados ante eventuales nuevas restricciones antes que aportar sugerencias concretas.
Sin duda que el sector más numeroso con los reclamos fueron de los vinculados a salones y fotógrafos de eventos, gastronomía y discotecas, que se quejaron por el tiempo que llevaban sin poder trabajar normalmente (ver aparte). Pero no fueron los únicos.
Fue el caso del representante de los gimnasios de la provincia, quien pidió poder seguir funcionando, cumpliendo los protocolos sanitarios o el caso del representante del gremio de los Camioneros, quien pidió que si se incrementan los controles que no fueran "maltratados" y que se los incluyera en los planes oficiales de vacunación, porque dijo que se exponen mucho cuando viajan a otra provincia o fuera del país transportando cargas.
Eran tantos los pedidos de ese estilo que en más de una ocasión, tanto el vicegobernador Roberto Gattoni como la ministra de Gobierno y coordinadora del Acuerdo San Juan, Fabiola Aubone, tuvieron que salir a aclarar que se trataba de una reunión para coordinar acciones frente al decreto del Gobierno nacional que dispone nuevas restricciones a partir de hoy, que un lugar para hacer pedidos, por ejemplo por vacunas. También el titular de la Cámara de Diputados tuvo que explicar que cuando la cantidad de los contagios están aumentando día a día, al igual que la ocupación de camas en los hospitales, no podían pensar en ampliar actividades sino que más bien se estaban analizando medidas restrictivas.
Otro de los planteos que llamó la atención fue el del representante de la Mesa de la Diversidad, Matías Bravo, quien pidió que no se aplique la restricción horario de 0 a 6 de la mañana para las trabajadores sexuales, porque sería como poner "sentencia de muerte" a esa tarea y a cambio ofreció poner límites a los días de menor trabajo en la semana, por ejemplo de lunes a miércoles.
Si bien hubo muchos reclamos sectoriales, sí hay que destacar que algunos aportaron ideas concretas para instrumentar. Fue el caso del titular de la Federación Económica, Dino Minnozzi, quien sugirió, por ejemplo, el escalonamiento de actividades, de modo que no ingresen en el mismo horario los empleados de comercio y los chicos a las escuelas, para no saturar el transporte público de pasajeros. Y le pidió a la Justicia sanjuanina ser "más estrictos" con las fiestas clandestinas, porque mientras más severas sean las multas, menos se va a animar la gente a transgredir las normas.
También Ricardo Salvá, de la Asociación del Transporte Automotor de Pasajeros, alertó sobre lo que ocurre a primera hora de la mañana y después al mediodía, cuando se superponen la apertura del comercio y el inicio de las clases y faltan colectivos. Incluso dijo que después de esos horarios pico hay muchas unidades que circulan casi vacías.
Otra sugerencia concreta fue la del intendente de Sarmiento, Mario Martín, de incrementar los controles en los ingresos a la provincia, sobre todo de Mendoza en su caso, para evitar un posible foco de nuevos contagios.
Varios pedidos para poder trabajar
Una queja común del sector de los que organizan fiestas, hacen videos, manejan discotecas o tienen salones para reuniones sociales fue que llevaban unos 13 meses sin trabajar y por eso reclamaban que los dejaran ampliar sus actividades y hasta hubo un planteo concreto para que se permitiera bailar a la gente bajo el sistema de burbujas.
Tantos fueron los pedidos que de casi una treintena de intervenciones, al menos 7 estuvieron relacionadas con representantes de ese sector que reclamaban insistentemente que les ampliaran por ejemplo los cupos de los salones y por supuesto los horarios. Y estaban muy distantes de la intención del Gobierno sanjuanino de, por el contrario, imponer nuevas restricciones para que el sistema sanitario de la provincia no colapse y que, por ejemplo, los chicos puedan seguir asistiendo a las escuelas.
"No hay margen para volver a parar", dijo un representante de la Cámara de Salones de Eventos. Incluso aportaron como un argumento que si el Gobierno provincial ampliara la posibilidad de realizar fiestas en salones autorizados y controlados, se terminarían las fiestas clandestinas.
Nadie quería restricciones y menos reducir horas de trabajo.
"Nosotros nos hemos preparado y hemos invertido", sostenían. Otro integrante del sector gastronómico se quejó porque dijo que "cerrar a las 23 no se va a poder" porque iba a significar casi lo mismo que no abrir ese tipo de locales.
Hay que recordar que el sector de eventos sociales y fiestas fue uno de los primeros en cerrar en marzo del año pasado, cuando empezaron las medidas restrictivas dispuestas por el Gobierno nacional. Y recién pudieron volver, con muchas limitaciones, este año. Pero decían ayer que no era suficiente y por eso pedían que les ampliaran la posibilidad de poder trabajar.
En el mismo sentido se expresaron, por ejemplo, desde la Cámara Hotelera y Gastronómica de San Juan y desde la Cámara de Discotecas Sanjuaninas. "Nunca hemos realizado fiestas clandestinas y estamos siempre con controles", sostuvo el representante de esta última entidad.
En el caso de los hoteles, fueron también una de las primeras actividades en cerrar y después tuvieron intervención, por ejemplo, recepcionando los casos quienes ingresaban a la provincia y debían cumplir con la correspondiente cuarentena. Pero el turismo, al menos para ese sector, nunca terminó de arrancar porque sólo ha funcionando el turismo interno, por ejemplo que alquila cabañas.
Cuando ya había terminado la reunión en el foyer del Teatro del Bicentenario, algunos miembros de las cámaras del sector se acercaron a la ministra de Gobierno, Fabiola Aubone, y le pidieron ayuda económica concreta, por la vía de subsidios oficiales, para poder subsistir.