En medio del calor de la siesta, cerca de las 16 cuando promediaba la hora de arribo del polémico gremialista, las caras de los organizadores pasaron de mostrar euforia a mostrar preocupación. Temprano se escuchó puertas adentro que el líder no llegaba, pero el titular de la CGT local (que Moyano venía a ungir en el poder), Eduardo Cabello, sostuvo hasta cerca de las 18 que el invitado estaba en camino.
Mientras tanto, se empezaron a escuchar en el lugar diferentes versiones sobre el faltazo de Moyano, todas con epicentro antes de subir al avión que lo traía a la provincia: que había sufrido un infarto, que había vomitado sangre, que le había dado pánico de volar. Al edificio de la CGT sanjuanina llegaron pasadas las 18 algunos enviados del camionero, que explicaron en conferencia de prensa que Moyano "se descompensó", echaron por tierra toda hipótesis de gravedad en la salud del gremialista y dijeron que vendrá más adelante.
A puro bombo, igual, los visitantes -que tomaron el charter desde Aeroparque que no pudo abordar Moyano- le hablaron desde adentro de las oficinas a los presentes que se mantuvieron afuera un buen rato, aprovechando que la calle estuvo cortada desde muy temprano para la cómoda presencia de unos 10 megacamiones representativos del sector del líder de la CGT.
Junto a Cabello se sentaron Pedro Mariani (Federación de Camioneros), Juan Murgo (Caucho), Omar Plaini (Canillitas) y Domingo Moreira (Ceramistas). "Vayamos avanzando en el campo político para que nuestra Argentina tenga de presidente de la Nación un compañero de extracción gremial" y "el movimiento obrero no puede desconocer que el gobierno de Kirchner y luego el de Cristina nos ha dado más que todos los que estuvieron después de Perón", se escuchó en los discursos.
