A pesar de estar dentro de una categoría especialmente creada para reducir la presión fiscal y favorecer el cumplimiento de las obligaciones impositivas, en San Juan hay un alto porcentaje de monotributistas que no está al día con el pago de Ingresos Brutos. De los más de 23 mil registrados en el régimen simplificado, un 38 por ciento le debe al Estado por ese concepto. Según los datos suministrados por la Dirección General de Rentas, la deuda que han acumulado en lo que va del año con las arcas provinciales asciende a 7,6 millones de pesos.
Los datos se conocieron luego de que el Gobierno nacional atendiera los reclamos de los monotributistas y anunciara una actualización de los topes de facturación, que se duplicarán a partir de este mes. Los nuevos valores máximos de facturación anual serán de 400.000 pesos para los prestadores de servicios y de 600.000 pesos para el comercio de bienes, según informó la Administración Federal de Ingresos Públicos, el organismo recaudador nacional.
El monotributo comprende a los pequeños contribuyentes y consiste en el pago de un impuesto fijo al Estado nacional que reemplaza a IVA y Ganancias. En la provincia, deben hacer frente a Ingresos Brutos también a través de una cuota fija.
En San Juan hay exactamente 23.434 monotributistas comprendidos en el régimen simplificado y de esa cantidad, 8.980 tienen deuda. Es decir, un nivel de incumplimiento del 38 por ciento. Dicho de otra manera, casi 4 de cada 10 contribuyentes no le pagan al Estado provincial la cuota que les corresponde por Ingresos Brutos.
Puesto en pesos, la morosidad se nota más. Rentas puso al cobro entre enero y agosto 17,8 millones de pesos, pero efectivamente percibió cerca de 10 millones de pesos y planes de pago por 260 mil. En consecuencia, un 43 por ciento todavía no ha pagado (ver infografía).
Si bien se considera un incumplimiento alto, está muy por debajo del general. Contando todos los impuestos locales, el histórico índice de morosidad rondó el 60 por ciento y en los últimos meses se logró reducir al 50. Aún con esta última cifra, el nivel de pago de los monotributistas es mayor.
Los 7,6 millones de deuda acumulada hasta agosto representan nada más que un 1,4 por ciento del total de lo que se lleva recaudado por Ingresos Brutos en todo concepto (711 millones de pesos). De todas formas, con el dinero que no ingresó a las arcas públicas se podrían construir unas 30 casas del IPV, por nombrar alguna de las demandas sociales que hoy son motivo de reclamo.
A la hora de salirles a cobrar, para Rentas es más fácil hacerlo con aquellos que operan comercialmente con el Estado. Sucede que cuando le prestan un servicio o le venden un bien y después se presentan a cobrar, Rentas puede dar la orden de descontarles el monto equivalente a la deuda impositiva. En cambio, a lo que no trabajan con esos contribuyentes, sólo queda la opción de ejecutarlos judicialmente si no responden a las intimaciones administrativas.
Los monotributistas están divididos en categorías y lo que pagan de impuestos nacionales y provinciales se fija de acuerdo a lo que facturan anualmente. Todos recibieron esa semana una noticia que trae alivio, ya que la administración kirchnerista anunció después de tres años el aumento de los topes de facturación.
El cambio no tiene impacto en la provincia, porque la cuota por Ingresos Brutos se mantiene tal cual. Así las cosas, un prestador de la categoría B, que es la más baja, cuenta desde ahora con un tope de facturación de 48 mil pesos al año y al fisco sanjuanino le tiene que pagar 72 pesos por mes o algo más de 860 pesos al año. Mientras que para un contribuyente de la G, cuyo límite es de 240 mil pesos, la cuota asciende a 360 pesos mensuales.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el organismo recaudador a nivel nacional, tiene registrados 29.349, es decir 6.006 más que Rentas. La diferencia responde a que en la provincia no integran el régimen simplificados los contribuyentes de las categorías más altas de facturación (J, K y L) ni los que trabajan en el sector de la salud, como médicos y bioquímicos, odontólogos, entre otros. Ellos, pagan el 3,6 por ciento de lo que facturan.
