El Gobierno provincial anunció ayer que a los nuevos proyectos mineros se les incorporará en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) una nueva cláusula: parte de la energía que necesiten deberá ser de una fuente renovable, ya sea solar, eólica o de otro origen que no implique el usos de hidrocarburos. El gobernador Gioja adelantó que esto se aplicará para los yacimientos que aún no están produciendo y que ‘en un principio’’ se evalúa que sea el 10% del total que utilicen. Apuntó a los 3 proyectos de cobre que se encuentran ubicados en el departamento Calingasta en distintas etapas de exploración y que son El Pachón, Los Azules y Altar. Ninguno de los tres tiene aún aprobado la factibilidad técnica y todavía no han tramitado la DIA, por lo que carecen con precisión de cuánto será la energía que necesitarán en la etapa de producción, aunque desde la operadora de El Pachón, Xstrata Cooper, dijeron que rondaría los 200 megavatios, es decir, cuatro veces la potencia del Dique Quebrada de Ullum, que tiene una potencia instalada de 47 megavatios.

‘Ya hemos tenido una primera charla con ellos (por las mineras) y falta pulir algunos detalles en cuanto al porcentaje de energía que sea de este tipo. Lo importante es que promuevan el uso de energías alternativas de distintos modos, para propiciar también desde estos ámbitos que requieren de mucha energía la utilización de estas fuentes que son limpias, que no generan ningún tipo de daño y por las que la provincia está haciendo un gran esfuerzo para ser un polo de este tipo de energías de fuentes renovables en el país’’, dijo ayer en la mañana el gobernador Gioja, en momentos que se conocieron las ofertas técnicas para realizar el mapeo eólico y solar de la provincia (ver aparte).

El único antecedente local de utilización de energías alternativas en proyectos mineros lo tiene la mina iglesia Veladero, que administra la minera canadiense Barrick Gold. Allí emplazaron -a 4.100 metros de altura, con récord Guinnes incluido- un gigantesco aerogenerador de 2 megavatios de potencia, que con la energía que genera es capaz de alimentar unas 1.000 unidades habitacionales y que tuvo una inversión de 8,5 millones de dólares. Desde el Gobierno toman como ejemplo esta experiencia para incentivar a los nuevos proyectos que inicien su etapa de producción.