Pocos apostaban apenas hace unos años a que Mauricio Macri, el ‘ingeniero‘, como se le conoce en círculos políticos y empresariales, un hombre sin tradición militante y que aterrizó en la política en su madurez, llegaría a la Presidencia en su primer intento. Y Macri lo hizo. De la mano de la mitad de los votos de la provincia de Buenos Aires y los contundentes triunfos en Córdoba, Santa Fe, la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y las victorias sorprendentes en La Rioja y San Luis, el candidato de Cambiemos se convirtió anoche en el nuevo presidente de la Argentina. Macri ganó su pase a la Casa Rosada, para tomar la posta de Cristina Fernández, al ganar el histórico balotaje.
Con el 98,66 por ciento de las mesas escrutadas, Macri conseguía anoche el 51,44% de los votos contra el 48,56% del candidato del oficialista Frente para la Victoria, Daniel Scioli.
Macri sacó ventaja en distritos clave: Córdoba (71,76% de los votos), Santa Fe (55,82%), Mendoza (57,67%), La Rioja (58,20), San Luis (65,2), Jujuy (53,56). También sacó provecho de su feudo de la Ciudad de Buenos Aires con el 65% de los votos. También ganó en Entre Ríos y La Pampa.
El resultado fue muy distinto en San Juan, donde el candidato oficialista se impuso con casi el 60% de los votos, le sacó prácticamente 20 puntos al presidente electo y la provincia terminó siendo la tercera con mejor posicionamiento de Scioli, detrás de Santiago del Estero y Formosa.
El electorado sanjuanino tuvo un comportamiento en las urnas a tono con lo que había manifestado en las PASO y en las generales de octubre. También hubo plena sintonía con la elección de cargos provinciales, que convirtió a Sergio Uñac en gobernador electo con más del 53% de los votos.
El gobernador Gioja y el propio Uñac anoche reconocieron la victoria de Macri y le auguraron una buena gestión, sin dejar de destacar la contundente victoria del FPV en la provincia, donde no sólo Scioli aventajaba a su rival por más de 80.000 votos, sino que además se imponía en 18 de los 19 municipios, dejando afuera de la lista sólo a Capital.
Macri es el primer presidente del país elegido en segunda vuelta y su elección marca un cambio drástico en la forma de hacer política y termina con 12 años de la llamada ‘era K‘.
Así, Argentina le abrió paso a la alternancia en el poder y empuja al peronismo a la difícil misión de rearmarse tras la derrota en las urnas. Por lo pronto, ya hay señales que auguran una buena transición.
La presidenta Cristina Fernández se comunicó anoche telefónicamente con Mauricio Macri, para ‘felicitarlo‘ tras resultar electo en el balotaje y lo recibirá mañana martes a las 19 en la residencia oficial de Olivos.
Por su parte, Macri felicitó a la Presidenta porque fue ‘una jornada democrática ejemplar‘.
‘La Presidenta le mandó saludos a todo su gabinete y a su esposa Juliana Awada, que va a ser su primera dama y el martes a las 19 horas lo va a recibir en Olivos‘, informaron oficialmente en Casa de Gobierno.
Hoy, CFK recibirá a la fórmula K integrada por Daniel Scioli y Carlos Zannini.
La elección tuvo un cabeza a cabeza en Buenos Aires con un 50,26% para Scioli y un 49,74% para Macri, que mejoró mucho su perfomance de la primera vuelta. El 25 de octubre Macri sacó 8 puntos menos que María Eugenia Vidal, su candidata a gobernadora, que finalmente dio el batacazo y marcó el rumbo a una consagración nacional del actual jefe de Gobierno porteño.
‘Es un cambio de época que nos tiene que llevar hacia el futuro, hacia las oportunidades que necesitamos para crecer, para progresar‘, dijo un Macri visiblemente conmovido ante sus exultantes seguidores, y añadió que buscará reducir la pobreza y derrotar al narcotráfico.
Macri tendrá que lidiar con una pesada herencia. Lo más urgente será reactivar una economía estancada por la escasez de inversiones, modificar las políticas de intervención estatal como el polémico cepo al dólar, mantener a raya una alta inflación de dos dígitos y reducir los niveles de inseguridad cuando asuma el 10 de diciembre.
Anoche, en el centro de campaña de Cambiemos, Macri y sus seguidores bailaban en medio de globos y papeles de colores celeste y blanco, mientras que los partidarios de Scioli abandonaban la histórica Plaza de Mayo con lágrimas en los ojos.

