Esta vez, todo terminó a los golpes. En medio de los tironeos por la campaña electoral para las primarias de agosto, dirigentes radicales improvisaron un espectáculo pugilístico el martes en pleno Juzgado Federal. Los protagonistas fueron los ex funcionarios Miguel Miranda y Gabriel Russo, que responden a dos listas distintas que se enfrentarán en el cuarto oscuro para definir quiénes serán los candidatos oficiales en octubre. Se pelearon por trámites electorales y los tuvieron que separar. No es la primera vez que la ira se apodera de la interna de la UCR: en mayo, entre gritos e insultos, un grupo de convencionales estuvo a punto de irse a las manos (ver aparte).

Testigos de la escena contaron que los involucrados empezaron a discutir acaloradamente, que forcejearon, que Miranda le pegó en la cara a Russo, que este último no se quedó atrás y que todo se descontroló. Según las fuentes, en el medio se interpuso Eduardo Castro, otro radical, y una empleada judicial, mientras otra llamaba a los policías que custodian el edificio.

Miranda y Russo reconocieron el incidente, pero no dieron detalles. El enfrentamiento terminó con una denuncia del segundo en la Comisaría Primera, aunque él mismo aclaró que “no hubo lesiones”.

Miranda fue diputado en la gestión de la Alianza y hoy es el apoderado de la lista que encabezan Eduardo Barrera como precandidato a senador y Nahuel Ibazeta a diputado nacional. En la misma época Russo encabezó Tránsito y Transporte y actualmente es el apoderado del partido y pertenece al sector que postula para los mismos cargos a Alfredo Marún y al bloquista disidente Juan Domingo Bravo.

Los dirigentes se encontraron mientras hacían trámites para las elecciones de agosto. Fuentes partidarias aseguraron que la discusión se desató cuando el ex diputado le endilgó a su rival no haberle informado del vencimiento del plazo para presentar el modelo de voto y no quererle dar la boleta que lleva el frente local que la UCR conformó, entre otros, con Actuar. Miranda aseguró que Russo “no es imparcial como apoderado del partido”, a lo que el ex funcionario contestó que “yo soy apoderado del partido, no de ellos”.

A juzgar por la evidencia, la interna se ha convertido en una lucha irascible que excede el terreno político. Los que son cabeza de lista intentaron bajar el tono de la disputa. Marún aseguró que si pierden la interna, “claro que vamos a trabajar en la campaña”. Barrera, por su parte, dijo en ese caso “vamos a trabajar igual, vamos a apoyar todo lo que sea funcional al proyecto de Ricardo (Alfonsín)”, el candidato a presidente de la Nación.