A los pocos minutos de que las escuelas abrieron sus puertas a los votantes, los equipo de logística de cada partido pusieron en marcha el plan para entregar la comida a las autoridades de cada mesa. Y las viandas, que fueron repartidas para que hicieran 4 comidas, incluyeron hasta caramelos. “Es por si necesitan algo con azúcar, porque la jornada es larga”, dijo Eugenia Díaz, una de las coordinadora de este servicio en la escuela Fonseca, de Capital.

Entre las 8,30 y las 9,30 el olor a café se percibió en varias escuelas. Con termos, cafeteras eléctricas y vasos de telgopor les repartieron el desayuno mesa por mesa. Algunos optaron por tomar mate, té o leche. Para eso hubo escuelas en las que se dispusieron termos con agua caliente para quienes quisieran. Sin embargo varios fiscales o presidentes de mesa fueron preparados con sus equipos materos.

Pasada las 11 las viandas volvieron a verse sobre las mesas. Esta vez, una fruta, un sánguches de miga y algunos caramelos o alfajores comenzaron girar entre las autoridades de mesa. “Es para que lleguen al almuerzo, que se los vamos a entregar después de las 13,30”, dijo Victoria Rodríguez, de la escuela Castelli, de La Bebida. De manera puntual y contabilizando que a nadie le falte la comida, el almuerzo no se hizo esperar. Más sánguches o algunas empanadas fueron acompañadas por frutas, agua mineral saborizada, alfajores y más caramelos. Hubo escuelas en las que las bolsas con golosinas estaban a disposición de cualquiera que quisiera. Y si bien la comida la lleva cada partido para sus representantes, hubo algunos que no hicieron distinción de ideología. Incluso convidaron comida hasta a los soldados.