Dijo que se le ocurrió en la noche, después de ver tantas noticias sobre la expropiación de YPF. ‘Y ahí pensé: si voy a hablar con la Presidenta, ¿por qué no decirle que me parece bien lo que hizo? Una oportunidad así no se da todos los días’, contó Mónica González, la operaria textil de Vesuvio (la fábrica de camisas Lacoste que ayer inauguró la ampliación de su planta) al romper el molde de lo que tenía que decir y sorprender hasta a la Presidenta. ‘Antes de despedirme quiero felicitarla por la expropiación de YPF, me encantó’, alcanzó a decir la mujer antes de que la sacaran del aire. ‘Gracias, Moni’, le tiró la Presidenta, para cerrar un contacto que de entrada había tenido buen clima.
Walter Gomer, director industrial de Vesuvio, confesó que no sabía que la operaria iba a salir con esa declaración, pero lo aprobó incluso con una sonrisa. Mónica, que entró a trabajar a Vesuvio tras separarse y quedar sola con su hijo, pegó onda con la Presidenta apenas ambas se vieron por cámara. ‘Ay, te pusiste rubia’, elogió Cristina. ‘Estoy nerviosa’, le dijo Mónica, antes de agradecer la posibilidad de que Vesuvio pudiera ampliar su planta con 3.000m2 cubiertos, incorporar a 300 nuevos empleados y llevar de 700.000 a 1,2 millones la producción de camisas por año.
Hubo tan buen clima en el contacto, que Cristina hasta le ‘mangueó’ a Mónica una camisa para cuando venga a inaugurar el nuevo edificio, dentro de seis meses. Es que cuando la Presidenta no pudo asistir a la inauguración de la actual planta, en 2001, prometió estar presente para poner la piedra basal de la ampliación. Y como ayer tampoco fue, se comprometió a venir en octubre. ‘Juro solemnemente estar ahí y levanto mi mano derecha. La tercera es la vencida’, dijo CFK.

