Integraron la lista que en octubre de 2016 se quedó con la conducción del gremio Adicus, el de mayor peso en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), pero la sociedad se rompió a pedazos. Mónica Morvillo, la número dos del sindicato, denunció ayer en la Justicia Federal al secretario General, Jaime Barcelona, y a otros dos directivos por violencia de género, laboral e institucional. La mujer acusó a sus ahora excompañeros de maltrato psíquico y moral y de recibir agresiones verbales debido a las diferencias que ha tenido sobre las decisiones que ha tomado la cúpula directiva. Inclusive estuvo a punto de ser desplazada de su cargo, pero la movida fue frenada porque recurrió al Juzgado Federal Nº1 que le hizo lugar a una medida cautelar que había presentado a través de su abogado. Por su parte, Barcelona negó los ataques, dijo que "son mentiras" y explicó que "argumenta eso porque va a contramano de lo que decide la mayoría".
Además del secretario General del sindicato, la denuncia de Morvillo apunta contra el secretario Administrativo, Walter Vera, y el Gremial, Daniel Quiroga. La misma fue radicada en el Juzgado Federal Nº2, la que será enviada al Ministerio Público para que el fiscal analice si requiere o no la apertura de la investigación.
La Justicia Federal se declaró incompetente sobre un amparo de Morvillo.
Según manifestó la mujer, el quiebre empezó a gestarse en agosto del año pasado cuando fue desplazada de la comisión paritaria. Morvillo sostiene, haciendo referencia a la ley de Asociaciones Sindicales, que el gremio rival Sidunsj no puede participar de la mesa de negociación de condiciones laborales porque no tiene personería gremial. Sobre ese punto, criticó que Barcelona tuviera una postura suave. Luego indicó que, por decisión de la cúpula de Adicus, fue removida de una comisión en la que representantes sindicales y autoridades de la UNSJ trataban la carrera docente, la cual da cumplimiento al convenio colectivo de trabajo. La denunciante señaló que estaba en contra de algunos planteos formulados desde la casa de altos estudios y por esa posición, le pidieron a Barcelona que la apartaran, cosa que éste hizo, según destacó la mujer. Otro punto de conflicto fue una elección de delegados, en la que Morvillo integró la Junta Electoral. Tras discusiones sobre detalles del comicio, indicó que recibió calificativos como "vieja caprichosa, desequilibrada" y que "frena negociaciones". En junio hubo una movida para separarla del cargo, la que fue frenada por decisión judicial.
Morvillo resaltó que el hostigamiento sigue y que la han vaciado de funciones.