Trasladarse desde Rivadavia hasta el centro, o ir desde la Capital hasta este populoso departamento por la Central es ahora una tarea complicada por el intenso tránsito de la avenida. Frente a este problema, el proyecto de Vialidad Provincial es llevar la arteria de los 4 carriles actuales a 6, 3 de ida e igual número de vuelta. Para concretar la obra, que se hará en 2 etapas, el miércoles 23 se abrirán los sobres con las propuestas económicas, que tienen un presupuesto de $187,5 millones. La primera fase, de 1.810,10 metros, irá desde la calle Vélez Sarsfield hasta Paula Albarracín de Sarmiento. La intención oficial es iniciar los trabajos en enero, cuando la circulación de vehículos es mucho menos fluida, por el receso escolar, según dijo el titular del organismo Juan Manuel Magariños.
La otra novedad que tendrá la obra, y que está proyectada para ganar espacio porque, según el sector, es el ancho de la arteria, es que se va a soterrar el canal Valdivia, que corre por el costado de la avenida. El entubado, que tendrá un metro de diámetro, correrá desde la Vélez Sarsfield hasta calle Nuche y por esta calle se dirigirá hasta el Sureste, para empalmar y unirse al acueducto existente en la Avenida de Circunvalación. Este último tramo corre a lo largo de unos 750 metros, pero demandará romper la Nuche, que fue inaugurada en este sector en agosto de 2013, después de muchos años de espera porque, incluso, una parte estaba ocupada por el Club Ausonia.
Esta parte de la ampliación de la Central demandará 18 meses de ejecución, según el proyecto oficial, a partir de enero de 2017, cuando está previsto firmar el contrato de la obra. En principio, según dijo Magariños, la intención es terminar esta fase y recién comenzar la siguiente, que irá desde la Vélez Sarsfield hasta Rastreador Calívar, a lo largo de unos 2.100 metros. Por eso es que, como al menos pasarán 2 años hasta que se inicien los arreglos de este sector, Vialidad Provincial ha hecho tareas de conservación de esta arteria desde Hipólito Yrigoyen (ex San Miguel), hasta la calle Morón, en La Bebida.
En general la obra está proyectada como una avenida multicarril, cuyo ancho de calzada rondará los 30 metros, frente a los 11 metros en promedio actuales, lo que da una idea del espacio que se ganará para darle mayor fluidez al tránsito.
Otro característica es que todos los servicios irán bajo tierra, es decir; electricidad domiciliaria, alumbrado público, telefonía, televisión por cable y fibra óptica para internet. La finalidad es obtener una racionalización y ordenamiento de los servicios, eliminar el impacto visual para mejorar las condiciones ambientales y lograr un aumento general de la seguridad. También habrá un nuevo tendido de las redes de agua potable y de cloacas, que demandará una tarea coordinada para que los vecinos no se queden en ningún momento sin el servicio.
Está proyectado un sistema de iluminación tipo “Led”, que se está aplicando en muchas ciudades del país porque se logra una reducción en el consumo de hasta el 40%. Otra cuestión que demandará la obra será la expropiación de terrenos, como sucederá por ejemplo en la Esquina Colorada.