Por disposición de la Justicia Electoral de la provincia, el año pasado un total de 12 fuerzas perdieron la personería política por no llegar a la cantidad mínima de afiliados, no alcanzar el piso de votos en dos elecciones consecutivas o no renovar autoridades. Entre las más conocidas estaban el ARI, que en su momento lidero Lilita Carrió, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Modein, fundado por Carlos Fernández y Zulma Ortiz en Rawson.
En casi todos los casos, la caducidad respondió a que los partidos no contaban con la cantidad mínima de afiliados que exigía la ley, que en aquel momento era de 1.756 afiliados, un cuatro por mil del padrón total de electores.
La situación reflejó la crisis de representatividad de partidos tradicionales, en algunos casos, y de coyuntura, en otros.
Las otras fuerzas que se quedaron afuera fueron el Partido Federal, el Modefe, Demócrata Cristiano, el Partido Unión y Libertad (PUL), el Partido Intransigente (PI), el Partido Socialista Auténtico, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y Alternativa Progresista.
Los partidos en cuestión pertenecían a dos categorías: de distrito y nacional. Los últimos pueden presentar candidatos a diputado nacional y senador nacional y, previa tramitación de la personería provincial, también a concejal, intendente, diputado provincial y gobernador. Mientras que los de categoría nacional están habilitados, además, a llevar postulante a presidente.
El requisito de los afiliados existía desde siempre, pero las condiciones cambiaron a partir de la reforma de la ley. Y fue porque la obligación de que la cantidad de afiliados se mantenga pasó a ser permanente. El cambio tomó por sorpresa a las fuerzas, ya que antes el control no era tan estricto.
