La Corte de Justicia en pleno salió inéditamente ayer a hablar del escándalo que se desató por el caso de Alejandro Pereyra, el ex comisario acusado de intentar asesinar a Hugo Naranjo y que está a punto de ser liberado gracias a que a la Justicia se le vencieron los plazos. En conferencia de prensa, los cortistas obviaron las autocríticas, salvaron la actuación que tuvieron en la causa, dieron a entender que no tuvieron responsabilidad por las demoras y le apuntaron al fiscal general, el juez de instrucción y al abogado querellante. En un documento tildaron de "irresponsables" las críticas que se escucharon las últimas semanas hacia la actuación del Poder Judicial y el presidente del cuerpo, Juan Carlos Caballero Vidal, que fue el vocero, aseguró que el trámite de la causa en el tribunal que integra "fue normal".

En la conferencia de prensa estuvieron los cinco integrantes del máximo tribunal. Se escudaron en la imposibilidad de opinar de la causa, para evitar ser recusados si les toca intervenir de nuevo. Pero lo cierto es que las preguntas de la prensa se refirieron a la actuación de los magistrados y fiscales y no ha temas que supusieran adelantar opinión.

La Corte quedó envuelta en la polémica no sólo por ser la cabeza del Poder Judicial con evidente falencias, sino porque tardó casi seis meses en resolver un recurso en el caso que conmocionó a la opinión pública en el 2006 por la brutalidad del ataque contra Naranjo. Un tiempo sumamente vital, teniendo en cuenta que la ley dice que una persona imputada -como Pereyra- puede estar como máximo dos años detenido sin sentencia con opción a uno más. Fue justamente ese plazo el que se agotó en este caso, lo que le permite al ex comisario aspirar a esperar en libertad el juicio.

Los cortistas ensayaron una justificación del plazo que les llevó el recurso que pedía revocar los procesamientos de Pereyra y Eduardo Fornasari -inicialmente acusado de ser el instigador y luego desvinculado de la causa-. Caballero Vidal aseguró que el trámite "fue normal" y aunque dijo que los plazos han sido "un tanto extensos", lo atribuyó a la "complejidad" de la causa y a las incidencias que planteó el querellante y abogado de Hugo Naranjo, Javier Cámpora.

El cortista evitó hablar de morosidad y en todo momento remitió a un documento que prepararon con un resumen de la causa. De una cuenta que hizo DIARIO DE CUYO, surge estuvo en poder del juez que instruyó la causa, Guillermo Adárvez, algo más de un año, en las Salas que intervinieron casi 10 meses y en la Corte algo más de 7 meses.

A Adárvez se le endilga no haber objetado el sinnúmero de pruebas que pidió Cámpora y que llevaron 7 meses producir. Ayer, Caballero Vidal, en una suerte de tiro por elevación, ratificó que el que tiene la facultad de decidir si la prueba es inconducente o no es el juez de instrucción.

En el final, vino la respuesta al fiscal general, Eduardo Quattropani, que la semana pasada pidió autocrítica a los jueces y dijo sentirse avergonzado por las demoras en el proceso. En alusión a él, el cortista dijo: "los que tenemos responsabilidad social, antes de andar echando culpas a los otros, tendríamos que mirarnos en el espejo y ver cuáles son los puntos negros que tenemos".