Geólogo, empresario, funcionario público provincial y nacional, embajador y dos veces gobernador de San Juan, son algunos de los roles que cumplió Carlos Enrique Gómez Centurión, quien ayer falleció a los 93 años. Y en su extensa y variada trayectoria mostró un interés especial en llevar al plano de la realidad sueños de crecimiento en la minería y las obras hidroeléctricas.
No hizo el camino convencional del militante estudiantil que terminó ocupando cargos electivos. Cuando ya había formado una familia y se había volcado a a la actividad empresaria, decidió afiliarse a los 38 años a la Unión Cívica Radical, en 1962. Su capacidad de gestión lo llevó, siete años después, a que el gobernador de facto Edgardo Gómez lo designara director de Minería. Ocupó otros cargos y en 1971, el entonces presidente Lanusse le propuso asumir la gobernación. Gómez Centurión le presentó 10 proyectos para poner en marcha como condicionante. En el primer puesto se ubicaba comenzar con la construcción del dique de Ullum, la primera represa hidroeléctrica en el Valle del Tulum. Durante los dos años de su gestión, hasta el 24 de junio de 1973 cuando asume Eloy Camus, también comenzó la construcción del Centro Cívico y de la Municipalidad de la Capital. El gabinete que conformó estuvo integrado por personas que adherían a distintas fuerzas políticas y supo encabezar reuniones en giras departamentales, donde se tomaban las decisiones con los vecinos de testigos, definiendo obras y su plazo de ejecución.
Su capacidad de gestión y de entablar relaciones lo llevaron a ocupar otros cargos de relieve nacional durante el gobierno de facto entre 1976 y 1983 (director del Banco de Desarrollo y embajador en Méjico y Portugal) y a ser buscado por distintas fuerzas políticas en el regreso de la democracia. En 1984, después de dos “no’ acepta sumarse al bloquismo y con esa fuerza ganó las elecciones de 1987.
Gobernó entre el 10 de diciembre de ese año y el 9 de diciembre de 1991, periodo en el que la hiperinflación nacional dejó su huella. Pudo habilitar la puesta en servicio de la usina de Ullum, su obra emblema, y avanzó lo que pudo con los otros diques previstos: Los Caracoles, Tambolar, Cuesta del Viento y Punta Negra.
En materia de minería, también sentó bases para el desarrollo del sector que se plasmó tiempo después, con la creación -mediante la Ley 6.029- del Instituto Provincial Exploraciones y Explotaciones Mineras (IPEEM), un ente que abrió la puerta a una minería a una nueva escala. Comenzó el llamado a concurso internacional para la liberación de áreas de reserva minera en Iglesia y Calingasta. En 2005, durante el acto inaugural de Veladero, fue uno de los invitados especiales, lo mismo que ocurrió con otras más, como la del Centro Cívico.
Al cumplir su mandato, fue el primer gobernador del siglo XX que logró hacerlo. Le gustaba citar a Sarmiento con la frase para ser gobernador de San Juan hay que contar con dos cogotes. Fue electo para el periodo 1991-1995 diputado nacional, periodo en el que compartió con José Luis Gioja la comisión de Minería en el Congreso. Solía poner como ejemplo a imitar como los conservadores y peronistas de Mendoza se unían para conseguir apoyo de la Nación.
Nunca se conformó con gestionar solo los hechos de coyuntura, sino llevar al plano de la realidad los proyectos que prometían un mejor futuro.
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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018