Sergio Uñac ha reiterado en varias ocasiones su postura a favor de la renovación en la conducción del PJ, cuyo mandato vence en mayo. Su definición va en línea a lo que le ha sugerido gente de su entorno para que se preserve. Si bien el 10 de diciembre dejará su cargo de gobernador, asumirá como senador, luego de la victoria del domingo del frente Unión por la Patria (UxP), en la que salió fortalecido. Es decir, tendrá un rol nacional de peso, sumado a las chances de integrar el gabinete de Sergio Massa, si es que este gana la presidencia. Frente a tales responsabilidades (una asegurada, la otra hipotética) viene la recomendación de que se resguarde ante el desgastante proceso que puede implicar la reestructuración del justicialismo, además de que también hay dirigentes que se lo aconsejan para unificar al partido tras la feroz interna con el giojismo. Eso no significa que no tenga un papel central en la oxigenación peronista y que, un hombre cercano o de sus filas, llegue a la cúpula.
En ese camino, habrá un trabajo junto con la liga de intendentes peronistas (13 de 19), los diputados provinciales (15 de 36), legisladores nacionales y miembros de las distintas vertientes. ¿Es fundamental ser presidente del PJ para, por ejemplo, volver a ser candidato a gobernador? "No necesariamente", indicaron las fuentes consultadas, aunque el aval tiene que salir del Consejo y el Congreso del partido. Un mero trámite si, en ese caso, Uñac quedase bien posicionado, en su desempeño nacional, dentro ya de un rol opositor en la provincia, al igual que el justicialismo. Ni hablar si llega a la conducción alguien de su espacio.
De todas formas, falta mucho y el proyecto uñaquista recibió un revés en las urnas ante Marcelo Orrego, de Juntos por el Cambio (JxC). Este tiene que transitar su gestión y en el uñaquismo apuestan a que, luego de que pase el tiempo, se recuerden los logros de la actual administración, los que se compararán con los que obtenga Orrego. De hecho, el hoy gobernador había reconocido en Radio Sarmiento que volvería a pelear por el Ejecutivo "sólo si es necesario para que este proyecto político vuelva a conducir la provincia. No lo haría por un deseo personal. Pero, si hay otro que representa o que está igual, tendrá que ser otro. Y no uno".
Los que manejarán o tengan influencia en territorio, más los que tengan puestos relevantes y diálogo con todos los sectores, son los que tendrán también una participación destacada en la reconfiguración del peronismo. Es decir, intendentes, diputados y legisladores nacionales. Hoy, la casi totalidad está alineada al pocitano. Bajo la mirada uñaquista, el riesgo estaría en la proyección de un rival. Uno que ganó el domingo y que tuvo una fuerte disidencia fue Fabián Gramajo, intendente de Chimbas. Luego de comulgar con Uñac, se alió con José Luis Gioja como candidato a vicegobernador en la disputa provincial del 2 de julio, lo que generó resquemores. En la general del domingo, fue el único peronista que acercó un triunfo a la lista de UxP en el Gran San Juan.
Sin embargo, desde el 10 de diciembre no tendrá cargos, no son pocos los que ven licuado su poder y que debe sumarse, pero como uno más, pese a su aspiración de jugar en las ligas mayores. Juan Carlos Quiroga Moyano, de 25 de Mayo, opinó que "cometió un error. En política, yo soy de cumplir la palabra. No estoy de acuerdo con lo que hizo. Se fue y tendrá que juntarse con nosotros y charlarlo".