Buenos Aires, 16 de septiembre.- El juez mendocino Otilio Romano, procesado por su participación en delitos de lesa humanidad, y prófugo en Chile, donde pidió asilo político, aseguró que es un "perseguido político" y rechazó las acusaciones que pesan en su contra al sostener: “No sé de qué carajo se me acusa”.

En declaraciones al diario chileno El Mercurio, señaló: "No se qué carajo de delitos son esos", en referencia a la citación que recibió por parte de la Justicia por su presunta participación en más de un centenar de delitos durante la última dictadura militar, cuando fue fiscal de Mendoza.

El magistrado presentó el pasado 2 de septiembre en el vecino país una solicitud de asilo político, lo que le permite recibir una visa temporal de ocho meses hasta que se resuelva su petición.

En tanto, la Justicia argentina ordenó su captura internacional y suspendió su sueldo de 40 mil pesos.

Según el diario chileno, el juez reside en el acomodado barrio de Las Condes, al este de la capital chilena, mientras se desarrolla la investigación de la Comisión de Reconocimiento de la Condición de Refugiado, organismo que debe decidir si le otorga asilo político.

El lunes pasado, el Consejo de la Magistratura argentina, organismo encargado de la designación y remoción de los jueces, informó que juzgará a Otilio Romano antes de fin de año.

Por su parte, el presidente de la Corte Suprema de Chile, Milton Juica, aseguró que la Justicia de este país tramitará un eventual pedido de Argentina para extraditar al juez, aunque recordó que sólo puede actuar si las autoridades argentinas lo solicitan.