Antes, si una persona tenía un accidente haciendo trekking en una zona de montaña de muy difícil acceso, la posibilidad de enviar ayuda era casi nula y corría riesgo la vida del deportista. Ahora, con la incorporación de un dron, la Policía cuenta con una herramienta para poder ubicar en el lugar preciso al accidentado y las chances de acceso y, además, hacerle llegar elementos de sobrevivencia como agua, un teléfono o medicina. No es lo único, ya que la fuerza de seguridad tiene otro dron más pequeño para ser utilizado en operativos policiales, como la vigilancia para que ningún sospechoso se escape de un allanamiento. Luego de la compra realizada en 2019 por Gobierno, los equipos llegaron la semana pasada y la Secretaría de Seguridad apuesta fuerte a sumar tecnología en la prevención contra la inseguridad y el auxilio en el rescate de personas. Sin embargo, el personal policial deberá esperar para poder volarlos, ya que tienen que obtener una licencia que otorga un organismo nacional, lo cual viene demorado por el recambio de autoridades, aunque en el Ejecutivo calculan que el proceso se dará pronto.
El secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, destacó que el objetivo de la movida es "tener una Policía ciudadana, que está en la calle, y una especializada y profesionalizada". En el manejo de los drones, el entonces Ministerio de Gobierno, a cargo de la fuerza, gestionó las capacitaciones del personal, tarea que continuó la flamante área de Seguridad. En ese punto, Munisaga comentó que se extenderá "al resto de los cuerpos especiales". La inversión en los equipos había sido de 5 millones de pesos.
Diego Morales, jefe del Grupo Especial de Rescate y Acciones de Seguridad (GERAS), cuyos equipos están bajo esa división, expresó que ya son 10 los uniformados que se han preparado para su uso. El comisario explicó que ambos drones son especializados, ya que no son de venta comercial y "se hicieron en base a las necesidades que plantearon desde el Gobierno".
De los dos equipos, el de mayor tamaño (ver infografía) sirve principalmente para la ayuda en el rescate de personas. Hay otro que es de menores dimensiones, que se utilizará para hacer monitoreos durante un allanamiento, controlar un procedimiento policial, como un partido de fútbol o un operativo de tránsito, ya que es más fácil de manipular, dijeron los especialistas. Las diferencias con un dron común son que tienen más horas de vuelo, recorren distancias más grandes, tienen usos específicos y el más sofisticado lleva carga.
Para poder operarlos, el personal capacitado debe rendir en la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para obtener el carnet de autorización de vuelo. En la provincia están esperando que el ente nacional disponga una fecha para poder terminar con la parte legal. Por otro lado, Juan Pablo Ares, asesor de la Secretaría, explicó que, una vez que cuenten con las autorizaciones, podrán usar los aparatos sin necesidad de informar a la ANAC, salvo cuando se trate de una zona cercana a un aeropuerto, por ejemplo.
El tercer dron
El otro equipo con el que cuenta la provincia está bajo el área de Protección Civil. En este caso, el aparato ya está en función y se utiliza para el relevamiento de terrenos y de edificios o en casos de incendios.
Capacitación
El entrenamiento que recibieron los uniformados para aprender a volar los drones consiste, principalmente, en el despegue y aterrizaje. Además, se evalúan las maniobras que se realizan durante el vuelo.