El Gobierno y la empresa gastronómica Seralico, cuestionada por haber preparado alimentos en una cocina cubierta de aguas servidas para el Hospital Mental de Zonda, negocian por el costo del servicio de comida para el centro de salud más importante de la provincia, el Rawson. La firma es la única que sigue en carrera luego de que, a principio de mes, el Ejecutivo llamara a licitación, por lo que tiene chances de retener el servicio. La necesidad de llegar a un acuerdo radica en que la oferta de la compañía fue un 44 por ciento más alta que el presupuesto oficial, por lo que el Estado puede declarar el proceso desierto por tratarse de una propuesta inconveniente, pero, como se trata de un servicio esencial para un centro de salud tan importante, lo ideal es que las partes arriben a buen puerto y que no quede abandonada la prestación, indicaron fuentes calificadas. 

La apertura de sobres de la licitación por la comida del Hospital Rawson se dio a principio de mes y la misma consistió en una oferta para las 14.500 raciones que demanda el nosocomio por un periodo de seis meses, con la posibilidad de una extensión del contrato por dos años. El presupuesto ascendió a los 41 millones de pesos, que es el valor que el Gobierno le venía pagando a Seralico por el servicio. Según se pudo conocer, la empresa presentó una propuesta de 59 millones de pesos, lo que la hace un 43,9 por ciento superior al valor oficial. El porcentaje llamó la atención de las autoridades del centro de salud, ya que también está por arriba del 23 por ciento de inflación que se estima para los primeros seis meses del año. Por eso, desde el Ejecutivo vienen manteniendo reuniones con la empresa para analizar la posibilidad de llegar a un acuerdo con un precio conveniente para ambas partes. 

La firma gastronómica viene brindando el servicio de comida hace unos diez años en el Hospital Rawson. También estuvo al frente de esa prestación por un periodo similar en el Hospital Mental de Zonda, en el Hospital Marcial Quiroga y en los centros de salud que dependen del nivel central, esto es, los de la periferia. Con el objetivo de abrir el juego a otras empresas, y que de la compulsa de precios el Estado logre bajar costos, la gestión de la ministra de Salud, Alejandra Venerando, comenzó a llamar a licitación todas las prestaciones, incluido los servicios de comida. Lo que llamó la atención es que tras las aperturas, las nuevas firmas ofrecieran montos muy por debajo a lo que Seralico venía cobrando, sumado al escándalo del neuropsiquiátrico (Ver recuadro).

La licitación para el Hospital Rawson estaba prevista para diciembre, pero en el Gobierno decidieron extender el contrato por seis meses. Según explicaron las autoridades en su momento, no lo hicieron a fin del año pasado porque la administración pública se encontraba en un proceso de cierre de ejercicio fiscal y no querían correr el riesgo de tener que frenar, aunque sea por pocos días, un servicio tan esencial como lo es la comida para el hospital. Así, llegaron a un acuerdo con la compañía para tener una prórroga con una suba del 27 por ciento a lo que venía facturando en 2018. Tras ese periodo, el Ejecutivo llamó a licitación a la que se presentaron dos firmas: una de Córdoba, que no cumplió con los requisitos técnicos para ser aceptada, y Seralico.

Trabajadores

85

Es la cantidad de empleados que Seralico tiene, aproximadamente, en el Hospital Rawson. El servicio contiene niveles más complejos que otros centros sanitarios.

Seralico, también en las colonias de vacaciones

La empresa gastronómica Seralico  brindó parte del servicio de comida para las colonias de vacaciones que el Estado llevó adelante en distintos puntos de la provincia (foto). Para la temporada 2018-2019, la compañía logró la adjudicación de uno de los cuatro sectores en los que se dividió el territorio, cuando en la temporada anterior tenía presencia en la mitad de la provincia. Las colonias representan un monto considerable para las firmas, ya que se trata de dar comida a 17.500 chicos por un total de 60 millones de pesos aproximadamente.

Firma gastronómica cuestionada

El cuestionamiento a Seralico comenzó cuando Salud Pública detectó que personal de la empresa había preparado alimentos sobre aguas servidas en el Hospital Mental de Zonda. Tal situación le costó la baja del contrato. La firma también quedó en la mira por los altos valores que le facturaba al Estado. Eso quedó en evidencia cuando el Ejecutivo licitó el servicio en el neuropsiquiátrico. La firma que ganó la licitación lo hizo con una propuesta que fue un 33 por ciento menor que el precio que cobraba Seralico. El ahorro para la provincia fue de 3,8 millones de pesos. Algo similar ocurrió en la licitación de la comida del Hospital Marcial Quiroga que se llevó adelante en julio de 2018. En ese proceso, Seralico propuso cobrar 19 por ciento menos de lo que venía facturando, mientras que la firma que ganó la compulsa lo hizo con una propuesta un 26 por ciento menor. La empresa ganadora ofreció cobrar 18.400.000 pesos al año para entregar las 1.400 viandas, frente a los casi 25 millones de pesos que venía facturando Seralico. El ahorro fue de 6.600.000 pesos al año.

Cláusula
 

El convenio colectivo de trabajo que regula a los agentes gastronómicos indica que cada vez que existe un cambio de firmas en la prestación de un servicio, la flamante compañía debe incorporar el 65 por ciento del personal que tenía la empresa anterior, respetando categoría y antigüedad. Según las fuentes, esa cláusula perjudica que nuevas compañías se presenten en las compulsas.