Una disputa entre gremios que agrupan a los conductores de micros derivó ayer en graves incidentes protagonizados por representantes de ambos sectores, quienes se enfrentaron a golpes, palos y pedradas que alcanzaron al menos a dos ómnibus que trasladaban pasajeros, muchos de ellos niños y mujeres.

El conflicto comenzó cuando choferes agremiados en la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) bloquearon el ingreso y acceso de micros a Retiro para rechazar un acuerdo salarial firmado por las autoridades de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el Ministerio de Trabajo y la Cámara Empresaria de Larga Distancia (CELADI).

Tras varias horas de protesta, que ocasionaron el enojo de los turistas en pleno recambio de temporada, integrantes de ambos gremios protagonizaron una feroz pelea que apenas pudo ser controlada por agentes de la Policía Federal.

Cuando el enfrentamiento, que dejó varios heridos aunque ninguno de gravedad, llegó a su fin, la policía y trabajadores de la UTA improvisaron un corredor para permitir la salida de los micros de la estación.

Sin embargo, los primeros ómnibus -colmados de pasajeros- que se pusieron en movimiento fueron apedreados por un grupo de personas, varias de ellas jóvenes. Los dirigentes de los gremios se culparon mutuamente de los incidentes, aunque reconocieron que todo fue parte de un conflicto que se extendería en los próximos días con más medidas de fuerza si no surge una negociación oficial a nivel gubernamental.

La UTA, el sindicato conducido por Roberto Fernández e integrante fuerte de la CGT, consideró "ilegal y antidemocrática" la medida que tomaron desde la UCRA, al tiempo que defendió el acuerdo salarial por el que los afiliados percibirán en cuotas una deuda salarial.

Silverio Gómez, secretario general de la UCRA, el gremio perteneciente a la CTA, culpó a "patotas" de la UTA por los incidentes en Retiro, y anunció que el conflicto "se va a profundizar" en los próximos días si no interviene el Ministerio de Trabajo.

Gómez, además, negó que habitantes de la vecina Villa 31 hubieran tomado parte de los incidentes.

El motivo del enfrentamiento fue un convenio que el Consejo Directivo de la UTA acordó el 26 de enero con las cámaras empresarias de ómnibus, en el que se estableció el pago en seis cuotas de una deuda 2.700 pesos por trabajador.

"No vamos a permitir que se les pague a los compañeros en cuotas. Pedimos que se modifique la forma de pago porque el conflicto se va a profundizar y se va a extender", advirtió Gómez.