Con la espuma de la alegría giojista bajando luego de transcurridas algunas horas de la elección del domingo pasado, empiezan las lecturas políticas más finas. En ese contexto y aclarando que el Frente para la Victoria ganó holgadamente en todos los departamentos, sobresalen los distritos donde más apoyo recibió: Sarmiento y Pocito. El departamento comandado por Alberto Hensel ya había tenido una excelente elección en las primarias, tanto que terminó segundo en el lote de los distritos que más votos sumaron al oficialismo, detrás de Ullum que se llevó el podio. Y el que dirige Fabio Aballay también vuelve a estar en los de mejor rendimiento para el justicialismo en las urnas.
Luego de las primarias, el gobernador José Luis Gioja salió a reconocer que “hubo una baja en la cantidad de votos” y que los candidatos, dirigentes y militantes “deberán trabajar con el mismo entusiasmo y ponerle más ganas”. Daniel Tomas, quien encabezó la lista, manifestó en aquel momento que “hay que recorrer nuevamente la provincia y ver en qué estuvimos flojos”. Lo del reelecto legislador se cumplió a rajatabla. Tanto que en esa tarea estaban cuando el helicóptero de la provincia se precipitó a tierra en Valle Fértil y provocó la dolorosa tragedia ya conocida por todos.
Sarmiento obtuvo en las primarias el 52,35 por ciento de los sufragios. Y en la elección del domingo alcanzó el 65,39. En Pocito, el Frente para la Victoria cotizó alto y obtuvo un excelente resultado: 48,59 por ciento en las primarias, contra el 65,24 del domingo 27. Apenas algunas décimas abajo del mejor resultado.
En el otro extremo está Capital, comandada por el vicepresidente primero del PJ, Marcelo Lima, en donde el oficialismo logró reunir el 26,82 por ciento de los votos en la contienda de agosto, frente al 42,35 de octubre.
El resultado del distrito manejado por Lima se tomó por algunos dirigentes oficialistas como “lógico”, ya que en él residen los capitales políticos de varios miembros de Compromiso Federal, el frente que consiguió una banca en la Cámara Baja para el macrista Eduardo Cáceres. Rodolfo Colombo, por ejemplo, compitió ya por la intendencia capitalina y su partido, Actuar, nació en ese distrito. El bloquista disidente Enrique Conti, fue intendente de la mano de la Alianza y conserva algo de ese caudal también. Conti y Colombo apoyaron a Cáceres en la elección del domingo pasado. Incluso el propio Cáceres ya fue candidato por Capital y tuvo un buen desempeño, aunque en esa oportunidad terminó lejos de Lima en el mano a mano por la conducción municipal.
De los otros que estuvieron en el extremo inferior, sobresalen Rivadavia, en donde el Frente para la Victoria redondeó el 50 por ciento de los sufragios, y Caucete que, por apenas unas décimas, superó el registro rivadaviense. En ambos casos los porcentajes de votos obtenidos a favor del oficialismo coinciden con lo ocurrido en las PASO, cuando también quedaron a la cola de los distritos donde menos voluntades captó el oficialismo. El departamento del Oeste del Gran San Juan, dirigido por Ana María López, sufrió internas hace dos años para llegar a consolidar un candidato a intendente. Y es tema de conversación permanente en el peronismo, ya que en esas tierras conviven dirigentes de peso como Ruperto Godoy o el exjefe comunal Elías Álvarez, entre otros. En el caso del distrito del Este provincial, su intendente, Juan Elizondo, viene cosechando críticas internas en el oficialismo por la forma de conducir el municipio y los bajos registros que repetidamente ha obtenido en distintas partidas electorales.
Al menos hasta anoche, en el Partido Justicialista nadie se preguntaba si los bajos registros merecían alguna acción en particular. Sin el presidente del PJ en condiciones físicas de trabajar, es probable que la revisión de esos números quede para más adelante, cuando José Luis Gioja ya pueda estar activo.
