Quienes escuchan al Presidente es alguien convencido de que Fernández hace varios meses viene trabajando en un nuevo posicionamiento en Latinoamérica. Es lo que le permitió sacar del hielo la relación con Uruguay (en un asado que realizó el propio Luis Lacalle Pou en la quinta Anchorena), el vínculo con Chile (visita de Estado que tuvo que posponerse porque Sebastián Piñera y su esposa debieron aislarse por haber mantenido contacto estrecho con personas con COVID-19) y también con Brasil (el fin de semana estuvo en Buenos Aires el secretario de Asuntos Estratégicos de Jair Bolsonaro).
Entre sus objetivos para avanzar con esta agenda, Fernández viajó a Chile este mediodía y arribó pasadas las 12 al aeropuerto de Pudahuel. Allí colocó una ofrenda floral ante el Monumento a Bernardo de O’Higgins, en el Paseo Bulnes, y luego ante el cercano Monumento al General San Martín, dos actividades coordinadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores trasandino.
Unos minutos más tarde, Piñera lo recibió a Fernández en el óvalo de la Plaza de la Constitución que está frente al Palacio de La Moneda. La ceremonia de bienvenida se concretó en el pórtico de la sede del gobierno chileno, donde se realizó la reunión entre ambos, con la presencia de los dos cancilleres.
En la declaración que realizaron en conjunto, Piñera aseguró que “esta visita refleja la voluntad y el compromiso de ambos gobiernos de seguir estrechando los lazos de amistad y colaboración, que son profundos y muy antiguos, desde el nacimiento de las repúblicas hemos tenido estos lazos. Nunca olvidaremos que San Martín colaboró con la consolidación de nuestra independencia de nuestro país y que luego garantizó la liberación de Perú y de toda América Latina”.
“Esta visita ha sido fructífera y fecunda, tuvimos una reunión de trabajo en la que consolidamos una hoja de ruta para fortalecer las relaciones de amistad porque la pandemia nos ha dejado importantes lecciones y aprendizajes, por eso hemos analizado cómo enfrentar los problemas del futuro, resaltó el chileno.
En esa línea, Fernández sostuvo que “en los años ’50, Perón tuvo una frase que me marcó, nos advirtió que el año 2000 podía encontrarnos unidos o dominados, pero en esa ocasión él habló de lo que llamaba el ‘plan ABC’, que es la unidad entre Argentina, Brasil y Chile. Advertía lo importante que era para nuestros países la mancomunión de objetivos, no era solo una consigna política, era lo que más nos convenía”.
“Aquella frase de Perón se mantiene vigente, Argentina y Chile son países hermanos indisolublemente, y así de hermanada tiene que estar toda América Latina. Si hubiésemos estado más juntos hubiésemos sobrellevado mejor esta pandemia”, destacó.
El mandatario trasandino fue acompañado por la primera dama, Cecilia Morel, los ministros de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, de Interior, Ricardo Delgado, de Salud, Enrique Paris, y de Defensa, Cristián de la Maza, además del embajador de Chile en la Argentina, Nicolás Mockenberg. La posterior firma de acuerdos y la declaración conjunta a la prensa se transmitieron en vivo, y luego se realizará el almuerzo.
Por la tarde, el Presidente argentino visitará el despacho de Salvador Allende acompañado por la senadora María Isabel Allende Bussi, hija del ex presidente que se suicidó para evitar que los militares lo capturaran cuando Augusto Pinochet dio el golpe en 1973.
Ambos presidentes saludarán a los gobernadores argentinos que viajaron a Santiago de Chile, una iniciativa que generó ruidos con el gobernador mendocino Rodolfo Suárez, que no fue invitado. “Los gobernadores que van lo hacen por cuestiones específicas de pasos fronterizos, por ejemplo, y le pidieron a Alberto (Fernández) acompañarlo en una agenda paralela. El de Mendoza se acordó ayer que quería viajar y tampoco lo hizo formalmente”, aseguró un funcionario que forma parte de la delegación que acompaña al Presidente.
Por la tarde, en el edificio del ex congreso chileno (el actual funciona en Valparaíso) tendrá audiencia con los líderes parlamentarios, la presidenta del Senado, Adriana Muñoz, y el presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen. Más tarde, en Tribunales, se reunirá con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Guillermo Silva. A las 18, en la residencia del embajador argentino, habrá reunión con artistas e intelectuales chilenos.
El miércoles será otro día exigente. Arrancará a las 9 con un desayuno de trabajo con el ex presidente Ricardo Lagos en la Fundación Democracia y Desarrollo, y a las 10:30 estará ya en la CEPAL para reunirse con la secretaria ejecutiva de la entidad, la mexicana Alicia Bárcenas, desde donde dará una conferencia magistral que también será transmitida en vivo.
Ya al mediodía, en la residencia argentina, mantendrá el almuerzo de trabajo con empresarios chilenos que se extenderá con una videoconferencia en la que participarán inversionistas, un encuentro organizado por el Comité Empresarial Binacional. Concluida esa actividad, está previsto el regreso a Buenos Aires. Seguramente, antes realizará una primera evaluación informal de la visita con el embajador argentino Rafael Bielsa, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el canciller Felipe Solá y los ministros Ginés González García y Agustín Rossi, que lo están acompañando en la visita.
Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia, Juan Pablo Biondi, secretario de Comunicación y Prensa y vocero presidencial, y Cecilia Nicolini, asesora del Presidente en materia de salud, también forman parte de la delegación argentina, junto a la primera dama, Fabiola Yáñez, que tendrá compromisos propios organizados por su par chilena. Además, los gobernadores de San Juan, La Rioja y Salta.
Cerca del Presidente reconocen que la agenda internacional se transformó en los últimos tiempos en una prioridad, a la que dedica mucho tiempo. Busca alcanzar rápidamente el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, recuperar la credibilidad de la economía y normalizar las variables económicas. No tiene mucho tiempo, por eso quisiera tener unos meses más, suspendiendo las PASO.
“Entre el Alberto Fernández del Grupo Puebla y amigo de Marco-Enriquez Ominami y el que viaja hoy a Chile no solo hay un Presidente con un año de experiencia de gestión en un momento dramático de la historia mundial, sino la decisión de encontrar un camino propio para salir del intríngulis del Frente de Todos por arriba, con un posicionamiento que permita generar credibilidad en los acreedores externos que le den tiempo a la Argentina a crecer: para eso, se necesita un diálogo constructivo con nuestros vecinos”. Lo comentó temprano un amigo que aseguró que el Presidente hoy estaba particularmente optimista y de buen humor.