Buenos Aires, 29 de junio.- Eduardo Duhalde nunca pudo sacarse el karma de la masacre de Avellaneda. El 26 de junio de 2002, cuando la policía bonaerense -esa a la que él llamó "la mejor del mundo"- asesinó a los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán durante un corte del Puente Pueyrredón, sus deseo de dejar de ser sólo un presidente interino y ganar las elecciones se derrumbaron.
Si bien nunca estuvo involucrado en la causa, el fantasma de esos dos homicidios aún lo persigue. O al menos eso intentan los militantes piqueteros, que no pierden oportunidad para "escracharlo" y denunciar su responsabilidad política en el crimen.
Ahora, mientras Duhalde asistió al canal de aire América TV, para participar del programa Almorzando con Mirtha Legrand, militantes del Frente Darío Santillán se acercaron hasta la puerta del canal, ubicado en el barrio porteño de Palermo, para manifestar contra el bonarense.
Los piqueteros desplegaron un cartel que decía "Duhalde candidato a la cárcel", en referencia a las aspiraciones presidenciales del ex gobernador. También pintaron graffitis con la leyenda "Kirchner cómplice. Duhalde asesino. No nos mandan los K. Somos amigos y familiares de Darío y Maxi. Pedimos justicia".
Mientras los piqueteros esperan que Duhalde salga del canal, en la zona hay policías y bomberos que buscan prevenir incidentes.
