En repetidas ocasiones, la salud de Néstor Kirchner llegó a preocupar a los argentinos. Sin ir más lejos, este año fue operado dos veces.

La primera del 2010 ocurrió el 7 de febrero pasado, cuando fue sometido a una cirugía de alta complejidad por una obstrucción en la arteria carótida derecha, a la altura del cuello, causada por la ulceración de una placa aterosclerótica. Se trató de un accidente cerebrovascular transitorio, que generalmente es una alerta de posibles trastornos coronarios. Internado en el sanatorio de los Arcos, en el barrio porteño de Palermo, fue operado por el médico cirujano Víctor Caramutti, que fue colaborador de René Favaloro.

Aquella vez, los primeros signos de alarma habían comenzado a media mañana, luego de realizar ejercicios aeróbicos. En ese momento comenzó a sentir un hormigueo y adormecimiento en el brazo izquierdo y fue trasladado a una clínica cercana a Olivos.

Luego se dispuso su traslado al sanatorio de los Arcos, en Palermo. Allí fue operado y quedó internado en terapia intensiva. Dos días después fue trasladado a una habitación de cuidados generales. Fue dado de alta el miércoles 10, por la mañana, y se dirigió a Olivos.

El pasado 11 de septiembre, le practicaron una angioplastia (desobstrucción) coronaria y le colocaron un stent (malla metálica) en el Sanatorio de Los Arcos. En aquella ocasión le operaron una de las arterias coronarias que se encontraba obstruida. El ex presidente había sido trasladado de urgencia a la clínica luego de sufrir un fuerte dolor en el pecho cerca de las seis de la tarde mientras se encontraba en la quinta de Olivos. El parte médico, en cambio, hablaba de "un chequeo médico programado". Kirchner dejó el sanatorio tres horas antes de que le dieran el alta, y a los dos días se mostró como si nada en un acto de la Juventud Kirchnerista.

Durante su presidencia, el 8 de abril de 2004, Kirchner fue internado por una lesión gástrica en el hospital de Río Gallegos, Santa Cruz. En aquel entonces presentó vómitos, baja presión y rastros de sangre en la materia fecal, de acuerdo con el informe de su médico personal, Luis Buonomo, a quien el ex presidente llegó a desobedecer en algunas oportunidades.

El ex mandatario fue sometido a diversos análisis y a una endoscopía que confirmaron una gastroduodenitis aguda hemorrágica. Según fuentes extraoficiales, tuvo que recibir una transfusión de sangre equivalente a la mitad de los glóbulos rojos de todo su cuerpo.

Esta complicación consiste en una lesión aguda en la pared interna del duodeno provocada por la ingesta de antiinflamatorios que le recetaron para paliar el dolor causado por un tratamiento dental. Es que el 5 de abril de 2004, Néstor Kirchner se había sometido a una intervención odontológica, consistente en un tratamiento de conducto, y se le recetó un calmante y antiinflamatorio llamado ketorolak, el que tuvo como efecto colateral la desprotección de la pared interna del duodeno, donde se produjeron las heridas.

En febrero de 2005 fue internado nuevamente en el hospital Argerich para un chequeo que duró cuatro horas y en enero de 2006 volvieron los rumores sobre el estado de Kirchner, luego de que sufriera otra descompensación gástrica.

Cada vez que suspendía actividades oficiales por razones de salud se aludía a "molestias" digestivas o comidas que le caen mal.

Desde antes de llegar a la gobernación de Santa Cruz, en 1987, Kirchner cargaba con diagnóstico de "colon irritable", un síndrome crónico benigno donde se alternan malestares leves con brotes de hinchazón, gases, dolor abdominal y diarrea o constipación.

Ya en 1996, cuando empezaba su segundo mandato como gobernador de Santa Cruz, fue operado de hemorroides. "Su temor era muy justificado porque su padre había muerto a los 64 años como consecuencia de un cáncer de colon", contaba en febrero Luis Majul, autor de "El Dueño", en su sitio Hipercritico.