En un año, los hechos de violencia dentro del Servicio Penitenciario Provincial, en Chimbas, disminuyeron poco más de la mitad. Mientras en 2021 se labraron unos 1.100 expedientes por infracciones disciplinarias, durante el año que pasó se anotaron cerca de 500, lo que hace una baja del 54 por ciento. El director del Penal, Adriel Fernández, apuntó a cuatro ejes que fueron clave para el descenso: una mayor oferta educativa, más posibilidad de realización de actividades deportivas, más rubros dentro de los talleres de laborterapia y la implementación de un sistema de recompensas para que los detenidos puedan mejorar sus calificación de conducta. Incluso, también existe un reconocimiento para aquellos que cuentan con una conducta ejemplar, denominado "recompensa social", que los ayuda a ser visitados por personas que, normalmente, no están autorizadas.
Que exista una disminución de la conflictividad no es menor, ya que se trata de una unidad que está sobrepoblada. Según el Sistema Nacional de Estadísticas Sobre la Ejecución de la Pena (SNEEP), el Penal de Chimbas cuenta con una capacidad para unas 953 personas en la que están alojadas 1.794. Así, tiene una sobrepoblación del 88,2 por ciento. La gestión uñaquista viene intentando reducir esa cifra con la construcción de celdas y un nuevo Servicio Penitenciario. En ese marco, en los próximos meses estarán listos cuatro pabellones con capacidad para 240 internos.
Para el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, órgano que tiene por objetivo el monitoreo, control y seguimiento de los lugares donde se encuentran personas en situación de encierro, el nivel de sobrepoblación genera "un escenario muy complejo" que deriva en "violencia entre los internos", según indicó una de sus miembros de visita por San Juan.
Fernández no desconoció esa situación al indicar que "si la cárcel está sobrepoblada, las personas están todo el día encerradas y uno no tiene nada para ofrecerles, más tarde o más temprano, se van a producir hechos de violencia". Por eso, "la idea es que la mayor cantidad de gente tenga algo para hacer, como ir a la escuela, trabajar en los talleres, participar de dinámicas grupales y haciendo deporte".
Sobre esos puntos, de las 191 personas que en 2021 estudiaron en la primaria, secundaria y universidad, el año pasado lo hicieron 272, esto es un 42,4 por ciento más. En participación de talleres, la cifra subió de 791 a 988 en un año, un 25 por ciento más; mientras que en laborterapia, hubo un incremento de 175 a 240 personas, un 37,14 por ciento de aumento. La suba se dio porque se sumaron rubros laborales, como arreglo de bicis y motos. De las 18 actividades que existían en 2021, un año después llegó a 25 .
Además, se implementó un sistema de recompensas orientado a generar incentivos para la buena conducta. Cada interno tiene una calificación del 1 al 10 en su legajo (mientras menos valor, mejor evaluación), lo que es clave para pedir beneficios como salidas transitorias. Dicho sistema arrancó en julio del año pasado e hizo que más detenidos busquen mantener su buena conducta y quieran realizar actividades para mejorar su puntuación. Por el sistema, en el segundo semestre del año pasado, 285 internos mejoraron su puntuación, mientras que, por tener conducta y concepto ejemplar, 795 gozaron de un beneficio extra como es recibir una vez al mes a una persona que no esté en su tarjeta de visitas.