Además del gobernador, el 2 de junio se definirán a los 19 intendentes de la provincia, quienes asumirán después de poco más de seis meses. Debido al adelanto de los comicios locales de los nacionales, se trata de un período de transición muy amplio, el más largo desde la experiencia de 1999, el cual puede ser una verdadera complicación si se produce un recambio en el poder por una fuerza política distinta o por un rival interno que esté enfrentado o tenga diferencias con la respectiva administración de turno. Así, la lupa está puesta por ahora en municipios como Rawson y Angaco, en los que sus jefes comunales, Juan Carlos Gioja y José Castro respectivamente, no pueden repetir, aunque han dejado sus alfiles para tratar de continuar sus proyectos. Y hasta desde los espacios internos que les darán pelea en las primarias tienen preocupación sobre cómo quedarán las cuentas en el departamento durante la transición en el caso de que estos últimos se impongan.
Si bien la provincia sacó una ley en la que los municipios se comprometieron a no aumentar el gasto corriente (como la inclusión de personal) en los últimos nueve meses de la finalización del mandato, hay desconfianza de los que puedan destronar a las actuales conducciones de que ocurran algunas "trampitas".
Los otros departamentos en los que los actuales intendentes no pueden seguir dado que van por su segundo mandato son Santa Lucía, Pocito y Albardón, pero por lo menos el escenario interno lo tienen más tranquilo. En los tres casos, los jefes comunales han puesto hombres de su confianza, los que no se medirán con nadie en las primarias.
En 1999, el entonces gobernador justicialista Jorge Escobar adelantó las elecciones para el 15 de mayo, pero el que terminó ganando fue el cruzadista Alfredo Avelín, de la fallida Alianza. Su asunción se produjo casi siete meses después, el 10 de diciembre. En el comicio local de este año, el plazo entre la general y la jura de los mandatos por los cargos ejecutivos es de seis meses. Lo que pase en tal lapso será seguido de cerca por aquellos que hayan conseguido alzarse con las conducciones departamentales y no sean del palo del que dejó el poder, si es que tal escenario ocurre.
En suelo rawsino, el candidato que impulsó Gioja y que cuenta con apoyo del aparato municipal es Rubén García, actual secretario de Obras. El rival en las primarias es Pablo García Nieto, jefe de la bancada del PJ en la Cámara de Diputados. El giojismo no tiene buenas migas con el legislador y la semana pasada recrudeció la puja entre los precandidatos. Todo estalló luego de que un edil fuera marginado de las comisiones en el Concejo Deliberante por su vinculación con García Nieto, según había manifestado. Luego hubo pintadas contra afiches del diputado, aunque García señaló que él también había sufrido daños en sus carteles. El jefe del bloque peronista en la Legislatura evitará la confrontación, pero en su entorno reconocieron que si llega al municipio, preocupa el estado de las cuentas durante la transición. La misma sensación es la que reina en el equipo de Mario Pacheco, el edil que le dará batalla interna en el frente Todos a Alejandro Castro, hermano del intendente José Castro. Este último y Pacheco compartieron fórmula por dos períodos, pero todo se quebró cuando el jefe comunal impulsó a su familiar. Hoy ambos se tiran con munición gruesa.
> En los Concejos
En Rawson ya se ve la división entre los que apoyan al giojismo y los que están con el jefe de la bancada del PJ, Pablo García Nieto. En Angaco, el intendente Castro tenía tres concejales. Uno de ellos se alejó el año pasado y Mario Pacheco y Valeria Garay están distanciados luego de la candidatura de Alejandro Castro.