Un aluvión de papelitos y un tsunami de bombos y panderetas fue lo que ayer, desde muy temprano, convirtió a la sede partidaria del candidato a intendente por el Frente para Victoria, Mario Tello, en una verdadera fiesta. Igual, hasta el cierre de la edición, el actual mandatario de Chimbas se mostró cauto y prefirió no arribar a su búnker hasta estar seguro de que los números de las primarias le otorgaban la victoria y le daban el pase a pelear por la reelección en octubre próximo.
La movida en este búnker comenzó a las 17. De a poco, los seguidores del funcionario fueron cayendo a la sede -tanto en sus movilidades como en camiones- para hacer el aguante en medio de bolsones de papeles que las mujeres se encargaron de preparar jarras y jarras de café, y una festichola de ritmos tropicales que animó a varios.
El clima de euforia ganó a los que trabajaron para la campaña de Tello, desde los primeros resultados del boca de urna. El sonido ensordecedor de los tambores y el bullicio de familias enteras que se autoconvocaron para celebrar el triunfo, se apropió del lugar que fue bailongo para los adultos -algunos enfundados en banderas y otros con vinchas de color celeste y blanco- y un jardín de juegos para los niños que jugaron a las escondidas y a la pillada sin respiro, en una velada que se extendió hasta altas horas de la madrugada de hoy.

