A pesar del sol abrasador, Alberto Montaña llegó a las 8 de ayer junto a su esposa y su hija de 11 meses a la Posada Paso de los Patos para ver a Mauricio Macri. Y no le importó esperar unas 3 horas y media hasta que comenzó el acto. Su rostro desbordaba alegría y su anhelo era sacarse una selfie con el jefe de Estado porque “no sé cuándo vuelva otro presidente”. Guadalupe Arias también esperaba ansiosa el arribo, ya que resaltó que “tal vez nunca en mi vida pueda volver a ver a la máxima autoridad del país”. Esos testimonios representaron una muestra cabal de la emoción que sintieron los vecinos frente a la segunda visita de un presidente en tierras barrealinas.

Los pobladores recordaron que el radical Raúl Alfonsín fue el primero en desembarcar en la calingastina localidad de Barreal. Fue el 12 de septiembre de 1986 y lo hizo para inaugurar el Complejo Astronómico El Leoncito (Casleo). Pero además de la visita, lo que también causó conmoción fue que el Tango 01 aterrizó en la Pampa del Leoncito. El gendarme jubilado Fernando Cabrera rememoró que en esa época fue uno de los custodios del entonces presidente y ayer, tras casi 30 años, le tocó estar del lado del público para ver a otro jefe de Estado.

Los vecinos, ubicados en un sector especial y a unos 10 metros de donde Macri dio su discurso, se agolparon sobre la baranda de contención para tratar de sacarse una foto, saludarlo y entregarle cartas o algún obsequio. Como Carolina Rapuano, quien llevó una bolsa con nueces confitadas y un escrito para solicitarle trabajo para poder ejercer su título de licenciada en Ciencias Políticas. El resto también tenía cartas en las que le solicitaban el arreglo de la ruta de acceso al departamento, la instalación de Internet en toda la comuna para que los chicos puedan estudiar carreras a través de la web, la colocación de antenas para mejorar la telefonía celular y agua potable para ciertas zonas. Inclusive el intendente, Jorge Castañeda, le transmitió muchos de esos pedidos a Macri en el rato que tuvo a solas en la posada barrealina.

Debido a su apretada agenda, el Presidente se acercó a los vecinos por un rato, los saludó y se sacó algunas fotos para luego emprender la partida. En eso, recibió los augurios y deseos de que le vaya bien a su gestión por el bien de todos los argentinos. Antes se había reunido con un pequeño empresario minero y su familia, a quien escuchó y se interiorizó de sus necesidades para poder crecer, y visitó las instalaciones de la finca “De mi campo”, que comercializa productos orgánicos (Ver fotos).