La causa por torturas cometidas en 2013 a un detenido en el Penal de Chimbas, en la que está procesado el exdirector del Servicio Penitenciario durante la gestión giojista Leonado Barac y 10 personas más, fue elevada a juicio. Fuentes judiciales confirmaron que tanto el fiscal Francisco Maldonado como el juez Lepoldo Rago Gallo finalizaron el proceso, por lo que ahora el expediente está en manos del Tribunal Oral Federal local. Ese órgano judicial es el que deberá llamar a las partes para que ofrezcan prueban por los hechos y tras esa instancia, fijar una fecha para el debate.
La víctima de las torturas fue Federico Fernández Santalucía, que en el 2013 fue detenido por abusar sexualmente de su propio hijo y por trata de personas. En la cárcel, Santalucía fue atacado por otros internos. Herido fue trasladado al Hospital Marcial Quiroga y tras su regreso, fue alojado en un área de máxima seguridad donde fue golpeado y sometido a sesiones de castigo, presuntamente por agentes del Servicio Penitenciario.
Según el fiscal y el juez, Barac incumplió en el deber de garantizar el cuidado del interno y además presume que tuvo conocimiento de las lesiones cometidas dentro del Penal. En la misma sintonía la justicia procesó a los guardias Julio y Daniel Mercado, Eduardo Mendoza y Andrés Castro, por ser los encargados del pabellón donde Santalucía fue alojado y donde recibió las torturas. En igual sentido figura el psicólogo Alejandro Reinoso y los médicos José Farja y Rodolfo Zapata, por no haber denunciado las lesiones que constataron en el detenido y por propiciar el abandono del interno. Tras los procesamientos, todos quedaron en libertad, ya que los delitos que se les imputan son excarcelables. Contraria es la situación de los guardias Mauricio Díaz, José Tapparo y Marcelo Díaz ya que, como presuntos coautores de las torturas, quedaron tras las rejas.
En el principio de la investigación, Barac había sido desvinculado ya que se consideraba prematura su participación sólo por su jerárquica. Pero la Cámara de Apelaciones indicó lo contrario y ahora deberá sentarse en el banquillo de los acusados.