Desde temprano, la tendencia en el recuento despertaba entusiasmo en el bunker de Oscar Nasisi. En los estamentos universitarios lo daban como uno de los que entraba seguro en una eventual segunda vuelta y así fue. +Estuvimos en el porcentaje que calculábamos+, dijo con moderación el único candidato ingeniero cuando sus seguidores empezaban a desatar los festejos por el primer lugar.

En la planta baja de la Facultad de Ingeniería, en donde es actualmente decano, Nasisi montó dos centros de operaciones para computar los votos. En uno, reservado sólo para los que participaban de la logística, su gente recibía telefónicamente los datos de las mesas escrutadas y los cargaba. En el otro, abierto para todos los que quisieran las cifras del recuento, se proyectaba sobre la pared la imagen de una planilla con los resultados.

Nasisi iba y venía entre uno y otro. Aunque ya había clima festivo, primero evitó hablar con la prensa. No quería celebrar hasta estar seguro de los resultados. Cuando los votos para la fórmula que integra con Mónica Coca superó el 40 por ciento, en el hall central del edificio sonrió, se abrazó con su equipo, se mostró distendido y accedió a dar las primeras declaraciones. Aunque siguió atento al conteo, que a esa altura no estaba tan lejos de la meta del 50 por ciento que lo hubiera consagrado en primera vuelta, sin necesidad de tener que ir a la contienda prevista para el próximo 15 de junio.

En el despacho de Nasisi, quedaron los rastros de la larga jornada de trabajo electoral. Los sánguches y los envases de gaseosa sobre la mesa daban testimonio. En una oficina contigua, dos mujeres se encargaron de seguir cada instante de la transmisión de Radio Universidad, que dio los resultados mesa por mesa. Anotaron cada dato y los escritorios quedaron chicos para las decenas de papeles que necesitaron para volcar las cifras.